Un balance general sobre lo que dio una de las series más originales de los últimos tiempos, abarcando cada una de sus tres temporadas, y adentrándose en sus legados estéticos y narrativos.
Un final (por ahora definitivo) que, con sus irregularidades, no deja de poseer secuencias poderosísimas y que funciona como síntesis espiritual de la serie.
A sólo un capítulo del final de temporada, tenemos un episodio indudablemente solvente pero que igual presenta decisiones cuestionables y preguntas por responder.
Un episodio que demuestra la capacidad de la serie para generar nuevas sorpresas, con una secuencia de gran suspenso e indicadores que anticipan un giro explosivo para el final de temporada.
Un episodio que vuelve a evidenciar la ambigüedad de los distintos personajes con particular maestría, ayudado por un compendio de excelentes interpretaciones.
Dos capítulos que funcionan respectivamente como clausura de una etapa y la apertura de otra. Y que nos hacen pensar en lo decepcionante que sería la definitiva cancelación de esta serie.
Este nuevo episodio trasciende el tono introspectivo de los primeros tres capítulos y dispone las piezas que accionarán de manera decisiva en lo que resta de la temporada.
El tercer episodio de la temporada mantiene rasgos de sus los dos primeros capítulos, aunque empieza establecer diversos conflictos que se desarrollarán en el futuro.