El tango, el deseo, el futuro que viene y se va, la nostalgia de lo que fue es lo que narran los encuentros de dos personajes en una habitación de hospital.
La obra de Adriana Gómez Piperno trabaja con sensibilidad no solo las implicancias del diálogo y la mirada, sino también sus vínculos con las pérdidas y las soledades.
Una comedia negra en la que una familia enfrente la muerte del patriarca. Entre la risa, el llanto, la depresión, las adicciones, buscarán hacerle frente a este suceso, mientras lidian con sus demonios personales.
Una obra que combina movimientos físicos sumamente atractivos y situaciones que coquetean con el inverosímil, creando un viaje de tipo sensorial y existencial.
Gran propuesta de danza que cuenta, casi sin palabras, el vínculo entre dos cuerpos, recurriendo a un gran trabajo en la coreografía, la iluminación y la escenografía.
Una pieza atípica para el teatro más convencional, que combina con acierto lo humorístico con lo absurdo y dramático, a partir de un gran trabajo desde lo físico y actoral.