No estás en la home
Funcinema

La Pilarcita

 Muy Buena


UN MILAGRO

Por Juan Cruz Bergondi

(@funcinemamdq)

Lo de La Pilarcita, la obra de María Marull que tiene previstas sus últimas funciones los días sábado en El Camarín de las Musas hasta principios de diciembre, es algo que excede lo teatral, o mejor aún: incluye, en lo teatral, también lo que está fuera de la representación en sí. De otra forma, ¿cómo explicar que cuatro años después, a doble función por día, la sala del circuito alternativo esté llena a punto de reventar? No se trata de una obra que despliegue una enorme maquinaria de prensa, con afiches por la calle y publicidades en la televisión, ni de una que cuente entre su elenco alguna de esas figuras mediáticas que suelen usarse para traccionar público. Al parecer es sencillamente una obra perfecta, redonda —como se dice cuando quiere resaltarse que no tiene fisuras—, que al paladar del gran público —aquel que le pertenece al teatro— sabe exquisita.

En el patio de un hotelito de provincia, allá en Corrientes, Celina, la hija de los dueños, estudia medicina para el ingreso en una facultad de la ciudad. El soñar despierta es un rasgo que comparte con Celeste, la vecina adolescente, quien le da una mano con el negocio para que ella se concentre en el estudio y, de paso, refresca las horas con agua de la pelopincho mientras repasa su baile de cumparsera. El ritmo del pueblo lo determina una festividad en honor a “La Pilarcita”, el espíritu de una niña accidentada que, según dicen, hace milagros. Durante los festejos, a los que asisten recién llegados de todas partes del país, hay baile y una competencia de músicos. Selva y su pareja, un tal Horacio que no pretende salir de la habitación, son dos de los que vienen en busca de ayuda divina. Hernán, el hermano de Celina, vuelve de la ciudad para exponer sus composiciones en la competencia, y cumple, dentro de la obra, la función más bien de un juglar, porque las que cargan con el peso en La Pilarcita son las mujeres, desveladas por el deseo de encontrar un sentido.

María Marull es, además de una actriz de trayectoria, dramaturga egresada de la EMAD y directora que, aparte de esta obra, cuenta en el mismo teatro con otra en cartel: Hidalgo. Está claro que no es la primera vez que sucede que el público del teatro alternativo —por lo general muy bien entrenado— le da el beneplácito a una obra. Igual que los turistas que asisten a la festividad pagana, los espectadores llegan uno a uno, movidos por la curiosidad, alentados por quienes ya la vieron, a ver al equipo dirigido por la mano talentosa de Marull. ¿Es la sencillez la clave de su éxito? ¿Los más que acertadísimos actores? ¿O un texto que se sumerge en la variedad léxica que la dramaturgia explota con sentido del humor y de la que se vale para darle a la obra un carácter único? En todo caso, resulta imposible negar que en ese reducto de la resistencia que significa el teatro se produce una conexión, de las pocas que traen alegría en la era del descontento.

La Pilarcita hace uso de un elenco a la medida de las exigencias —del que se destacan Pilar Boyle y Mercedes Moltedo en su composición de las dos chicas que sueñan, y lo bien que hacen con algo más—. La dramaturgia privilegia la narración, y para ello construye con medida paciencia las subidas y bajadas de la trama. En el teatro, la puerta debe estar siempre abierta, que es lo que sucede en aquel patio caluroso de sábanas y ropa húmeda colgada al sol. Aquello el público evidentemente lo agradece. Pronostico —sin arriesgarme demasiado— que no se trata de la última temporada de La Pilarcita, y que de serlo, no será porque no hay más espectadores que quieran asomarse al misterio. Pero por las dudas, a quien todavía no la vio le recomiendo hágalo con prisa, no vaya a ser cosa que se pierda otra de las joyas del teatro alternativo.


Dramaturgia: María Marull Actúan: Julia Catalá, Pilar Boyle, Mercedes Moltedo, Julián Rodríguez Rona Vestuario: Jam Monti Iluminación: Matías Sendón Diseño de espacio: José Escobar, Alicia Leloutre Fotografía: Sebastián Arpesella Diseño gráfico: Natalia Milazzo Asistencia de dirección: Sofía Salvaggio Prensa: Carolina Alfonso Dirección: María Marull Duración: 65 minutos Sala: El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA) – Sábados a las 20:00 y 22:00. Hasta el 1 de diciembre.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.