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Extraño juguete


Muy buena


LA SEXUALIDAD RODEA TODO LO QUE SOY

Por Rocío Belén Rivera

(@fancinemamdq)

Extraño juguextraño_jugueteete es una obra que se presenta como una pieza algo atípica para el teatro convencional, donde se mezcla el humor, lo absurdo y el drama. La nueva puesta de esta obra logra condensar de manera equilibrada la larga trayectoria del director y de la autora, al mismo tiempo que abre el abanico a una nueva versión sobre el argumento escrito por Torres Molina.

En un principio mientras el público está entrando a la sala del Camarín de las Musas, las actrices principales de la pieza (Daniela Peña y Lucia Steimberg), saludan a los entrantes, a quienes una vez que se encuentran instalados, comienzan a sugerirle cómo comportarse durante la obra (recomendando el apagado de los celulares) al mismo tiempo que, yuxtaponiéndose, quieren explicar de qué se trata la historia aunque no lo consiguen, este misterio se revelará recién en el final de la obra.

Mediante un cambio en la presencia corporal de las dos actrices, evidenciamos el comienzo de la obra. Con diálogos breves, mucho recorrido escénico, gran trabajo físico, logran construir un espacio virtual que no sabemos si nos remite a su lugar de trabajo, su casa o su oficina, pero eso no importa: podemos evidenciar que se encuentran en un espacio para hacer un trabajo “social” aunque no sepamos bien de qué se trata, pero a lo largo de la obra podremos ir construyendo a qué se dedican las protagonistas. Los diversos espacios planteados los intuimos a través de lo que expresan verbalmente ambas mujeres. El decorado es escaso: un sillón, un cajón enorme a modo de mesa, una estantería y un “espejo-vidrio” ubicado en la parte delantera central, como indicando la división de espacios: el espacio de la ficción y el espacio de la mirada del espectador. Esto no empobrece de modo alguna la obra, sino que la fortalece, ya que le otorga protagonismo a la carnalidad de los cuerpos de los protagonistas para la construcción del espacio donde se desplazan. De la misma forma, una actuación deíctica de las intérpretes enfatiza la construcción del artificio teatral: hacen el gesto de tomar, de servir bebidas, de brindar, pero en sus manos no hay ni vasos, ni botellas; sólo imaginamos los extraños juguetes con los que estas muchachas accionan.

A medida que avanza la acción, la obra se complementa con el tercer protagonista: el señor Maggi (Daniel Surasky), un “vendedor” que les servirá a las hermanas para poder realizar su experimento sociológico. Este triángulo relacional permite establecer diversos tipos de lazos entre los personajes: lazos de seducción, de competencia, de poder, de sometimiento, etcétera. Al mismo tiempo, las distintas relaciones permiten explorar la sensualidad de los sujetos, sobretodo de las dos mujeres, evidenciando de esta forma la fuerte carga erótica que podemos encontrar en la base de las relaciones humanas en general y, los distintos usos que los sujetos le proporcionan a la sexualidad: como seducción, como engaño, como poder, como escape de la realidad, entre otros.

Todo el desarrollo dramático, cargado de una gran intriga, porque en ningún momento se esclarece qué es lo que los tres personajes están haciendo (¿están negociando algo? ¿se están conociendo? ¿están haciendo un pacto?) se encuentra modulado tanto por una fuerte carga humorística, tanto en los diálogos, como en la gestualidad de los personajes (sobre todo en el personaje encarnado por Surasky quien, a través del uso de la voz, de un lenguaje vago y de los movimientos de su cuerpo, genera una gracia sutil pero muy efectiva) como por lo absurdo, por ejemplo de la vestimenta (la máscara o el guante de box de Maggi, los “delantales” de las hermanas, su vestimenta color rojo, los patines que utilizan) y de las acciones de los personajes, lo que avala una distención en el entramado de la trama. Por último, es destacable el uso de la música y el sonido en general que presenta la pieza, donde los mismos permiten tanto enfatizar momentos donde la intriga gana protagonismo, así como también generar comicidad y acompañar la atmosfera de las escenas, complementado también por una iluminación que crea espacios y acentúa momentos dramáticos.

Disfrutable experimento teatral, que mediante el hilvanado de diferentes situaciones sostiene la intriga hasta el final de la obra, Extraño juguete logra entretener, divertir y mantener la mirada atenta del espectador, al mismo tiempo que el público se relaja gracias al gran trabajo humorístico, físico y actoral de los tres protagonistas.


Autoría: Susana Torres Molina Intérpretes: Daniela Peña, Lucia Steimberg, Daniel Surasky Diseño de vestuario: Tiziana Gongora Diseño de luces: Pablo Rojas Música original: Lucas Jara Diseño gráfico: Daniel Surasky Asistencia de dirección: Carla Bucello Prensa: Circe Cultural Producción ejecutiva: Carla Bucello, Lucia Steimberg Producción general: Daniel Surasky Dirección: Carlos Belloso Duración: 60 minutos Sala: El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA) – Domingos a las 20:00.

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