Esta secuela representa una anomalía no solo dentro de su franquicia, sino dentro del panorama general del género de horror, tanto en el momento de estreno como a lo largo del tiempo.
Este film animado de György Kovásznai es una experiencia lisérgica, una comedia musical llena de ideas irreverentes acerca cuestiones como la política y el sexo.
La película que puso en el mapa al fallecido Wolfgang Petersen es un relato bélico de enorme pesimismo, donde la diversidad de perspectivas potencia su tono terminal.
Tras el estreno de su secuela, repasamos el film de Tony Scott, una de las películas emblemáticas de los años 80’s, que erigió a Tom Cruise como estrella.
Todavía lejos de los films oscarizables, el cineasta se pone en el lugar de niño e hijo, construyendo una historia avasallante y atravesada por la sensación de la pérdida.
Esta comedia castrense fue uno de los grandes éxitos de la primera época de Ivan Reitman, director que falleció recientemente dejando una filmografía para reconsiderar.
Esta secuela escrita por John Hughes se dedicaba a poner en crisis buena parte del imaginario navideño, de la mano de un humor tan cruel como efectivo.