No estás en la home
Funcinema

24 líneas por segundo: no es fácil ser crítico de cine en Mar del Plata III

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

anton egoSigamos indagando en las posibilidades que tiene la actividad de la crítica en Mar del Plata en este texto, el último de lo que terminó siendo una trilogía. En semanas anteriores nos abocamos a aquellos impedimentos de orden organizativo y laboral que de alguna forma neutralizan esta tarea. Pero hay un asunto que tal vez sea preexistente a todo esto, y que pone a la crítica -y al crítico- en un lugar antipático. Mar del Plata es una ciudad con un desarrollo cultural bastante acotado, salvo esfuerzos individuales que poco reciben a cambio. Esto es así, en principio, por la poca preocupación que evidencia el Estado municipal en estos asuntos. Pero también porque padece de un mal habitual a toda ciudad turística, que vive de la necesaria aceptación del otro (la temporada de verano como un sucedáneo de golondrinas que vienen y se van, sin dejar nada). Son pocas estas líneas para analizarlo, pero sin dudas hay algo cultural instalado en los genes del marplatense. Esto lleva, por consiguiente, a la construcción de agentes culturales victimizados, donde se prioriza el esfuerzo sin mayor análisis de los resultados de ese esfuerzo: lo que importa es que se hace, no lo que se hace. Y el arte es proceso pero, también, resultados, que reflejan la correcta puesta en fricción de todos sus elementos constitutivos. En este contexto, el que osa criticar negativamente es visto como un enemigo. Como toda ciudad chica, además, el vínculo entre el periodista y aquel que produce el hecho cultural es cercano, generando un lazo afectivo que muchas veces extorsiona emocionalmente a aquel que tiene que emitir un juicio de valor. Lo que no se comprende cuando se analiza al crítico es (y estamos hablando siempre de voces competentes: tanto del crítico como del artista) su valor como voz que desde la orientación -ya no desde la creación- puede hacer visible cuestiones estéticas de un tiempo y de un lugar: este presente, esta Mar del Plata. El artista que se enoja por la crítica negativa no entiende el juego, de la misma forma que aquel crítico que supone que lo suyo es la verdad revelada. Como decía la semana pasada, una buena crítica mejora al artista y también al espectador. Y si se logra un espectador más exigente, estaremos ante un ciudadano más exigente. Pero tal vez esa sea la razón por la cual al Estado no le importa en definitiva este asunto.

Comentarios

comentarios

2 comments for “24 líneas por segundo: no es fácil ser crítico de cine en Mar del Plata III