La primera aventura cinematográfica de estos particulares héroes luce un tanto envejecida mirada desde la actualidad, aunque conserva un cierto encanto como un film muy de su época.
El comienzo de la franquicia emblema de Tom Cruise fue también su arranque como productor, revelando su capacidad para establecer una retroalimentación con la mirada de Brian De Palma.
La ópera prima de Alexander Payne es esta tan interesante como problemática película con una Laura Dern brillante. Una tensión entre momentos de gracia cinematográfica e ideas poco convincentes.
Un acercamiento a la ópera prima del director argentino, un film donde se observan varias de las obsesiones que serían habituales en sus primeros trabajos.
Quentin Tarantino encuentra, en su tercera película, una serie de elementos que expanden su universo habitual. Y a la par de eso, dos personajes que acercan emoción por fuera de la pose cool.
Hacia fines de los noventas Brendan Fraser protagonizaría una de sus mejores comedias, en la que interpreta a un joven que vivió toda su vida en un búnker y sale a descubrir el mundo.
Un film que representó en su momento a un Hollywood clase B que iba camino a la extinción, con un Tom Sizemore en uno de sus pocos protagónicos y en un papel que le calzaba perfecto.
El segundo film de Alexander Payne empezó a cimentar su prestigio como cineasta, a partir de un relato tan cómico como pesimista en su retrato del lado oscuro del “American way of life”.
Esta adaptación de Un cuento de Navidad, de Charles Dickens, exhibe su artificio a cada instante, pero siempre de la mano de la comedia y una fe ciega en el poder de la bondad.