Por Cristian Ariel Mangini
La NES (abreviatura de Nintendo Entertainment System), aquí más conocida por su edición de Famicom o el «Family», fue la consola de 8 bits más vendida y un pilar histórico de la historia del videojuego.
Y llegamos a un punto clave de la historia de los videojuegos, porque la primera gran crisis ha pasado y aproximadamente a mediados de los ochentas soplaban vientos de renovación en la industria. La tercera generación de videojuegos es también conocida como la Era 8 bits por el poder de su procesador y marcó un cambio en el foco de su producción: hasta la segunda generación, el mercado y producción de las consolas de videojuegos estaba dominado por Estados Unidos pero, como ya hemos mencionado en nuestras notas de La invasión japonesa, acá y acá, el Norte en la producción de videojuegos viró hacia tierras orientales, más específicamente Japón. Indefectiblemente vinculada a un espíritu de época, muchos nostálgicos la tienen como la etapa dorada de los videojuegos, en particular por el impacto cultural que generó su estética.
La tercera generación será el inicio no solo del dominio de Japón en la producción de videojuegos, sino también del enfrentamiento entre dos compañías que a comienzos de los ´80 iniciaban un lento ascenso: Sega y Nintendo. De hecho, las primeras consolas de la Tercera Generación, la SG-1000 y la Famicom, de Sega y Nintendo respectivamente, fueron lanzadas el mismo día en Japón: un 15 de julio de 1983. No por nada se considera a esta fecha como el inicio de la era. Pero más allá de los nombres de consolas, esta generación trajo algunos avances importantes. En primera instancia, estandarizó el uso del joystick o controlador, haciéndolo más confortable para adaptarse a los desplazamientos en múltiples direcciones que ofrecían los juegos 8 bits. Por otro lado, los gráficos podían ir de los 8 a los 32 colores, ofreciendo una paleta variada que jugaba con nuevas texturas. Además, esta generación es la gestora de lo que se conocerá como pixel art, al basar su despliegue gráfico en sprites antes que bloques. Estas nuevas herramientas lograron joyas que utilizaron el hardware de la consola hasta sus límites: la adaptacion de Sonic The Hedgehog para Master System o el olvidado Little Samson para la NES son un ejemplo del poder de los 8 bits a comienzos de los ´90.
El primer modelo de la Game Boy de Nintendo, la consola que abrió el mercado de las portátiles.
Así como fue la base estética del Pixel Art también lo fue en buena parte del Chiptune. La tecnología MIDI dio pie a composiciones cada vez más climáticas y sólidas, a pesar de las carencias del hardware. Genios como Nobuo Uematsu (Final Fantasy, de Squaresoft), Koichi Sugiyama (Dragon Quest, de Enix), Koji Kondo (Super Mario Bros, The Legend of Zelda, entre otros títulos de Nintendo) o Kinuyo Yamashita y Satoe Terashima (Castlevania, de Konami) son algunos de los nombres entre los muchos que podemos destacar e hicieron milagros con unas pocas notas. La posibilidad de poder «salvar» (es decir, retomar el progreso del juego una vez se apagaba o reiniciaba la consola) un juego es también una innovación de esta generación y, por lo tanto, dará pie a juegos mucho más extensos y complejos. Los RPGs (Role Playing Games) surgen en las consolas gracias a esta tecnología, siendo The Legend of Zelda (1986, Nintendo) uno de los primeros en utilizar esta posibilidad.
Pero la revolución no termina aquí. Esta generación también dio lugar al surgimiento de las consolas portátiles, siendo la Game Boy de Nintendo (lanzada en 1989) la gran líder del mercado, seguida de lejos por la Game Gear de Sega. Con más de 100 millones de unidades vendidas en todo el mundo, la Game Boy es responsable de la popularidad de los videojuegos a finales de los ochentas y daba lugar a un jugador más «casual», pasatista, término que muchos años después será adoptado por los juegos en teléfonos celulares. Las consolas 16 bits y el advenimiento de la Cuarta Generación van a darle fecha de expiración a los sistemas de 8 bits a pesar de la convivencia a comienzos de los noventas. Sin embargo, su marca será indeleble y muchas de las sagas de videojuegos más conocidas tienen su origen en la Tercera Generación.
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