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Funcinema

The keepers – Miniserie

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Una de las joyitas dentro del catálogo documental de Netflix es The keepers, miniserie cuyos siete episodios fueron dirigidos en su totalidad por Ryan White, que es una cabal demostración de un rasgo que no debe subestimarse dentro de la producción norteamericana. Este es la capacidad -no exenta de valentía y perspicacia- para visibilizar buena parte de los traumas que aquejan a sus diversos espectros sociales, con el arte jugando un rol vital para impulsar un proceso de autocrítica. En este caso, siguiendo a dos mujeres entrados en sus sesenta que desentierran el caso de una joven monja asesinada hace casi cinco décadas en Baltimore. Ese homicidio pronto se muestra apenas como la punta del iceberg: detrás del caso hay un enorme entramado de abusos sexuales perpetrados por curas, policías, políticos contra las jóvenes alumnas de un colegio religioso. Pronto, la cosa se pone peor, porque queda claro que esa cadena de abusos pudo construirse gracias a la complicidad de todos los niveles institucionales posibles, configurando un perfecto mapa de impunidad, uno donde un puñado de individuos se enfrenta a una estructura de poder casi inabarcable. Pero la miniserie no se queda con la mera descripción testimonial: en cambio, construye una narración definitivamente íntima, donde la cercanía establecida con las protagonistas se vuelve tan asfixiante como conmovedora. Hay mucho de Twin Peaks -hay un abusador, conocido como el “Hermano Bob”, que se menciona repetidamente, pero del que desconoce su identidad, que es aterrador a un nivel surrealista- pero también de otras series recientes, como Mindhunter, donde lo maligno puede tener muchas interpretaciones y aún así ser inasible, pero en clave documental. Eso hace a The keepers más terrorífica y desde ese soporte -con una narración cautivante y vertiginosa- es donde genera mayor empatía: es que los mejores relatos de horror son los que también se dejan llevar por las decisiones de los héroes ordinarios enfrentándose contra una maldad extraordinarias. Pero, además, en ese camino de autocrítica social y de coherencia con el recorrido particular de los personajes -todos con sus ambigüedades, con sus virtudes y miserias-, The keepers no busca forzadamente un final feliz: los silencios y la impunidad prevalecen, incluso con la complicidad de la muerte, porque los fallecimientos de los abusadores sirven para ocultar a otros crímenes y criminales. Por eso el recorrido que conduce al cierre, que certifica la continuidad de la lucha por la verdad, es una declaración de principios notable y conmovedora, que nos interpela hasta las fibras más profundas de nuestra humanidad.

-Los siete episodios de The keepers están disponibles en Netflix.

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