Un cierre que quizás dejó demasiados cabos sueltos y que, a pesar de su vértigo, fue escaso en emociones genuinas, por lo que el balance fue un tanto decepcionante.
Un episodio un tanto raro en su estructura, que dejó a la protagonista relegada, pero que a cambio ofreció un par de regresos de gran relevancia para lo que viene.
Con algunos giros y planteos ciertamente discutibles desde su verosimilitud, este capítulo fue ciertamente atractivo por la convicción que transmite en su construcción narrativa.
A base de duelos de sables láser, este episodio abordó el pasado y el presente de las protagonistas, con decisiones fatídicas y una secuencia final que dejó con ganas de más.
Con sus desniveles, la serie alcanzó un cierre decente, que resuelve múltiples conflictos con bastante fluidez y entrega un plano final casi perfecto, que se impone a cuestionamientos un tanto excesivos.
La serie empieza a acomodar todas las piezas narrativas y deja varios interrogantes abiertos de cara al final de temporada, aunque también hace varios sacrificios en el camino.
La tercera temporada parece reacomodarse y encontrar un nuevo conflicto central a partir de los giros que introduce este capítulo que, sin descollar, fluye sin problemas.