El final de la segunda temporada logró redondear satisfactoriamente lo que venía insinuando: un fin lógico, que supo aprehender dosis de amargura y melancolía.
Imprevistamente, la serie de Marvel creció y superó las expectativas. La especulación filosófica le dio paso a lo lúdico, y el último episodio sumó grandes decisiones de puesta en escena.
El arranque de la segunda temporada es prometedor, sobre todo porque la serie parece olvidar algunos de los elementos que lastraban el interés y la volvían solemne.
La serie de Marvel Studios es protagonizada por Tom Hiddleston, Sophia Di Martino y Gugu Mbatha-Raw, con Jonathan Majors, Ke Huy Quan y Owen Wilson. Retornará el 6 de octubre.
Aún con sus méritos de puesta en escena en algunas secuencias notables, esta segunda entrega tiene una mezcla de tonos fallida, que la convierte en la más floja de la saga.