Macarena Trigo toma a un personaje emblemático de Shakespeare para seguir trabajando el discurso teatral, asociándolo con lo simbólico, lo social y lo corporal.
El español José Antonio Lucia monta un monólogo que entrelaza diversas tradiciones y lenguajes con una enorme vitalidad, no exenta de una sutil melancolía.
La directora y dramaturga Macarena Trigo sigue apelando a lo subjetivo y personal, en una obra sumamente ágil donde las preguntas y respuestas se retroalimentan de forma persistente.
La obra de Macarena Trigo es mucho más compleja de lo que aparenta, a partir de una narración donde el amor y las expectativas cobran nuevas dimensiones.