La primera entrega de la trilogía presentada por Netflix utiliza la saga literaria de R.L. Stine para construir un relato que, sin ser original, no deja de tener personajes atractivos.
El film de Shaka King encuentra sus mejores pasajes cuando se construye desde la vertiente policial, pero declina fuertemente a la hora de hilvanar una mirada política profunda.
La comedia protagonizada por el dúo de Jordan Peele y Keegan-Michael Key es una estupenda sorpresa, que reconfigura numerosas conductas con enorme gracia e inteligencia.