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Imaginario

Título original: Imaginary
Origen: EE.UU. 
Dirección: Jeff Wadlow
Guión: Greg Erb, Jason Oremland, Jeff Wadlow
Intérpretes: DeWanda Wise, Taegen Burns, Pyper Braun, Betty Buckley, Tom Payne, Veronica Falcón, Samuel Salary, Alix Angelis
Fotografía: James McMillan
Montaje: Sean Albertson
Música: Omer Ben-Zvi, Alexandre Cote, Kevin Lax
Duración: 104 minutos
Año: 2024


5 puntos


POCA IMAGINACIÓN

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

El maltrato que ha recibido Imaginario por parte de la crítica ha sido un tanto excesivo, con el uso de adjetivos que se podrían haber aplicado para películas que son tratadas con mucha más consideración. ¿Significa que todo es un malentendido y que estamos ante una buena película? No realmente. De hecho, algunas objeciones que se le han hecho, como la mala ejecución de buenas ideas, son bastante pertinentes, y hablan de una película que podría haber sido mucho más de lo que finalmente es.

Es que el disparador inicial para el film dirigido y coescrito por Jeff Wadlow (producido además por la factoría Blumhouse) tiene un componente ciertamente atractivo. Hay una mujer llamada Jessica (DeWanda Wise), escritora de libros para niños, que regresa a la casa de su infancia, donde va a vivir con su marido y las dos hijas de esta. La hijastra más joven, que está lidiando con unos cuantos traumas (esencialmente una madre biológica que no está bien mentalmente), empieza a interactuar con un amigo imaginario, un osito de peluche bastante querible. Lo que al principio parecía ser un vínculo productivo para la niña, va adquiriendo rápidamente connotaciones más siniestras, pero todo descarrila verdaderamente cuando Jessica se da cuenta que ese amigo imaginario es el mismo que tenía ella cuando era pequeña. Y que no está precisamente contento por el hecho de haber sido abandonado.

En esa noción de cómo lo que supuestamente se imagina puede tener características reales y emprender caminos siniestros, alejados de concepciones relacionadas con lo dulce o bondadoso, es donde Imaginario construye su atractivo inaugural. El problema radica, precisamente, en cómo trasladar ese concepto a un argumento sostenible y atractivo para el espectador. Wadlow manifestó en algunas entrevistas que su referente inmediato fue Poltergeist, lo cual tiene sentido, porque el film de Tobe Hooper (coescrito y producido por Steven Spielberg) es, en el fondo, un drama familiar, uno donde los fantasmas exteriores expresan, a su modo, los demonios interiores. Sin embargo, Wadlow no tiene la capacidad creativa o sensibilidad de Hooper o Spielberg, por lo que la historia que plantea, donde una mujer debe saldar cuentas con su pasado y aprender a ser madre, necesita de demasiados diálogos y monólogos explicativos, además de caer en unas cuantas situaciones entre esquemáticas e inverosímiles.

Ese esquematismo e inverosimilitud se profundizan en la última media hora, donde el drama, el misterio y el terror deben fusionarse, pero lo hacen con poca inventiva y bastante arbitrariedad. En consecuencia, la interacción entre universos paralelos, la representación de imágenes horrorosas y el drama materno-filial nunca posee la solidez necesaria, limitándose a repetir demasiados lugares comunes. Imaginario, finalmente, solo apela a sustos sustentados en el montaje y la banda sonora, y vueltas de tuerca que se ven venir a la distancia, además de algunas decisiones argumentales -como la súbita salida de la trama del esposo de Jessica- que bordean lo risible. Por eso, si la primera mitad era relativamente interesante, su segunda parte desarma casi todo el atractivo previo. Y aunque no deja de tener algunos pasajes logrados, estamos ante un film que se queda corto en su despliegue de inventiva, por lo que no asusta ni conmueve.


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