Título original: Ídem
Origen: Argentina
Dirección: Tetsuo Lumiere
Guión: Tetsuo Lumiere
Intérpretes: Tetsuo Lumiere, Matías Gallego, Ana Burgos Casadio, Catalina Sofía Reid, Pablo Fusco, Sergio Palma, Eliana Gamba, Eugenia Fiorentini, Numa Viard, Lydia Stevens, Lucas García Loescher
Cámara: Álvaro Rozas
Sonido: Andrea Mock, Charly Rojas Lara
Música: Luis Marte
Duración: 80 minutos
Año: 2024
6 puntos
LA NUEVA NORMALIDAD
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
En el contexto un tanto desértico de la comedia argentina, un film como Limbo alucinante es bastante bienvenido. No tanto por sus resultados, ciertamente desparejos, sino por sus intenciones y los riesgos que toma para poder concretarlas. No estamos ante una maravilla, pero sí ante una película que se distingue de sus pares a partir de sus ambiciones, que por momentos son difíciles de precisar, y que tienen más bien que ver con una voluntad por acumular ideas visuales y cómicas, pero también filosóficas y políticas.
En el film de Tetsuo Lumiere -un realizador que indudablemente ya tiene armado un universo propio y personal-, tenemos a León, un joven eternamente conflictuado que se separa de su pareja en Chile. Esta ruptura -que afecta bastante su orgullo y autoestima- se da a la vez que surge la pandemia del coronavirus y, en consecuencia, las cuarentenas, con sus consiguientes restricciones. En el medio de estas circunstancias, afectado por el aislamiento y la ruptura sentimental, León -en un giro particularmente bizarro- se topa con un portal para ir un universo paralelo donde no hay pandemia. Sin embargo, en el medio del camino entre las dos realidades, se topa con el Coronavirus, quien le impide el paso, en una situación que se repite mientras dura el confinamiento.
Si Limbo alucinante arranca como una especie de comedia romántica algo neurótica y quizás demasiado hablada, cuando ingresa en el territorio de una ciencia ficción delirante, pero también metafísica y existencial, es cuando eleva claramente su nivel. Eso se da no tanto porque el relato encuentre un rumbo específico, sino, precisamente, por lo contrario: la noción del universo paralelo permite que la película construya sus propias reglas y se vuelque a lo experimental, no solo desde lo formal, sino también desde lo cómico, lo narrativo y lo reflexivo. De hecho, Tetsuo Lumiere juega bastante con los lugares comunes de la etapa pandémica, parodiándolos y llevándolos a un extremo absurdo, mientras indaga en los conflictos personales y a la vez sociales del protagonista. Todo en un contexto audiovisual impredecible, y por eso mismo estimulante, que permite que la película vaya de un lado al otro hablando sobre el amor, las relaciones humanas, los sistemas de control y un largo etcétera.
Hay sí un problema que Limbo alucinante no consigue resolver, que es cómo darle un cierre consistente a su premisa: hay un momento donde el film parece obligarse a decir algo más concreto sobre todos los temas que venía transitando. Y ahí sí se pone un tanto sentenciosa, especialmente en su vertiente más política, donde repite unas cuantas trivialidades. Pero eso no quita que aporta unos cuantos pasajes de delirio y creatividad con escasos recursos.
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