Por Patricio Beltrami
NdR: Este artículo contiene spoilers.
El primer episodio de Echo evidencia los estados de ánimo de Marvel Studios y Disney respecto a la serie, ya que nunca fue prioridad para el estudio ni para el servicio de streaming. Aun así, no sólo se desestimó la posibilidad de desechar la propuesta, sino que optaron por estrenarla de forma inédita: los cinco capítulos se lanzaron en simultáneo, al estilo Netflix. Justamente, la influencia de la competencia no se limita sólo al formato de estreno, sino que el Universo Marvel (MCU) adopta el tono oscuro y violento del Universo Marvel en Netflix. Incluso, suma historias, hechos y personajes a su narrativa a partir del debut de Marvel Spotlight, sello que producirá proyectos para mayores de 16 años en Disney+ y Hulu (Aquí Star+). Dirigido por Sydney Freeland y escrito por Marion Dayre, Josh Feldman, Steven Judd y Ken Kristensen, Chafa recorre cómo Maya Lopez (Alaqua Cox) se transformó en Echo y qué le ocurrió tras su escape de Nueva York al final de Hawkeye. El capítulo inicia en una cueva mística, donde un grupo de seres realizan un ritual en unas piletas hasta que el sitio colapsa. De repente, todos aparecen en la Tierra y son guiados por la líder, en lo que parece un relato sobre el origen del pueblo Choctaw. En 2007, se exhibe cómo fue la infancia de Maya (Darnell Besaw) en Tamaha, cuna de la comunidad originaria, hasta que se interrumpe en un siniestro vial donde muere su madre mientras que a ella le amputan una pierna. Tras vengar el asesinato de su esposa, William López (Zahn McClarnon) lleva a Maya a Nueva York para trabajar bajo las órdenes del Kingpin / Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio). Desde allí, la parte del capítulo se desarrollará a base de secuencias inéditas mezcladas con escenas de Hawkeye para resumir el derrotero de Maya en Nueva York. Así se observa cómo Kingpin la recluta tras comprobar su potencial como líder de sus bandas. En esa parte está la mejor secuencia de Chafa. En un falso plano secuencia, Maya junto a los secuaces de Fisk atacan una operación que perjudicaba al imperio criminal. Como en las producciones de Marvel-Netflix, no se escatima en violencia durante la pelea: la acción es dinámica, las coreografías y la puesta en escena están logradas, los golpes y caídas duelen al tiempo que alimentan la sed de venganza de la protagonista. Pero Daredevil (Charlie Cox) irrumpe en el lugar y, tras noquear a los hombres de Kingpin, combate contra Maya, quien le opone resistencia dignamente. El tercio final de Chafa ocurre en Tamaha, donde Echo arriba malherida por un disparo en su abdomen. Tras pasar la noche en la casa de su infancia, Maya se encuentra con su primo Biscuits (Cody Lightning), a quien le pide que no le diga a nadie que está en el pueblo. Si bien busca pasar desapercibida por su misión, la red criminal del Kingpin descubre que ha vuelto al lugar. Al final, Maya le confiesa a su tío Henry (Chaske Spencer) que necesita ayuda para destruir el depósito de Fisk, pero le advierte que esto provocarían el estallido de una guerra de mafias en Tamaha. Cegada por el odio, Maya insiste en que, ya sin Kingpin, el imperio necesita una reina. El capítulo cierra con Fisk, fuera de plano, volviendo en sí tras cinco meses en coma. El propósito de Chafa es poner a Echo en situación, realizando un recorrido por su vida para establecer sus planes y motivaciones. Lo más interesante fue haber dejado en claro que la protagonista es una villana. Sí, marcada por las tragedias familiares, criada por un delincuente lejos de su familia y su pueblo, rescatada, traicionada y perseguida por el mafioso más grande del mundo, pero aun así se enfatiza en que Maya no busca redención sino tomar por la fuerza aquello que ayudó a forjar a base de sangre y fuego. No obstante, probablemente Echo se transforme en una antiheroína, ya que las circunstancias la obligarán a enfrentarse a la maldad de Kingpin y, de alguna manera, deberá tomar un camino más altruista y justiciero. Si bien se destaca la escena de acción (ojalá sea la marca de distinción de la serie), resulta raro que gran parte del relato se haya nutrido de imágenes de otras producciones, ya sea a causa de necesidades narrativas o como parte del ajuste planteado por Disney.
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