No estás en la home
Funcinema

24 líneas por segundo: Los aplaudidores del Titanic

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Hace un par de años un amigo (y colega) que tengo, simpatizante del kirchnerismo, se mostraba sorprendido (y un poco ofuscado) porque no había habido ni una sola reprobación durante la inauguración del Festival de Cine hacia la figura de Luis Puenzo, por entonces titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Un chiflido. Algo. Mi respuesta fue que eso nunca iba a pasar porque aquí no hay gente con ideología, sino con pertenencia partidaria. Y sobre esa confusión el kirchnerismo, muy especialmente, ha avanzado sobre múltiples espacios. El ambiente del cine, una parte de él, es uno de esos espacios. No de otra manera que a través de un compromiso que excede a la razón y se funda en la emoción pudo haberse generado una situación como la del pasado jueves durante la inauguración del 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Que la presencia de un funcionario, y candidato a Presidente, como Sergio Massa, se haya llevado todos los focos dejando todo lo cinematográfico de lado y empequeñecido es una muestra de cómo la lógica partidizada se llevó puesto hasta el sentido común. Y Massa no es cualquier funcionario, es el ministro de Economía, en cuya gestión de un año la inflación casi que se triplicó, profundizando una crisis económica y social que repercute también -claro que sí- al hecho de hacer películas. Que Massa se haya subido al escenario y en vez de pedirle explicaciones lo hayan ovacionado y aplaudido es un gesto demasiado fuerte. Pero dejemos de pensar en el contexto país, pensemos en el mismísimo Festival de Cine de Mar del Plata. Esta 38ª es la versión más deslucida y empobrecida desde su regreso en 1996. Es la edición con menos películas, con menos salas y en la que se precarizaron y desprofesionalizaron diferentes roles que estaban a cargo de trabajadores remunerados. Alrededor de 70 personas (todas marplatenses en esa figura discutible del “voluntario”) que fueron corridas de sus cargos y reemplazadas, ad honorem, por estudiantes y egresados de la tecnicatura de realización audiovisual de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Un convenio celebrado sobre el escenario durante la inauguración, incluso aplaudido desde la platea, un convenio que es a todas luces una canallada que sirve para recortar el presupuesto por el hilo más delgado. Que se hable de lo que va pasar si votan a tal, cuando ya está pasando con el que han elegido votar, es de un nivel de cinismo pocas veces visto. Y seguramente ahora nos dirán que un recorte es mejor que cerrar el INCAA, porque siempre te van corriendo la vara para estar del lado adecuado los que hace cinco años hubieran llorado vaciamiento si en la inauguración no había sanguchitos. Y ahí están los aplaudidores de este Titanic, que ni siquiera tienen la integridad de la orquesta de aquel barco que sí, seguían tocando, pero sabían que se estaban ahogando. Los aplaudidores del Titanic son Leslie Nielsen en La pistola desnuda diciendo que aquí no ha pasado nada, mientras de fondo vuela todo a la mierda. Es divertido recordar que durante la gestión anterior hubo una edición muy ruidosa, en la que se acusó con evidencias sobre una decisión de no abrir micrófonos en la ceremonia de cierre para evitar críticas al Gobierno macrista. Se habló de censura por ese entonces. Lo divetido, digo, es pensar que la gestión actual ni siquiera tiene la necesidad de caer en la censura porque no hay nadie que se anime a esbozar un cuestionamiento. Bueno, divertido en un sentido retorcido. Y tampoco puedo dejar de pensar en el voluntario ad honorem viendo si tiene la SUBE cargada para tomarse el colectivo de regreso a casa de la Sala Piazzolla, mientras a Pablo Echarri, Juan Leyrado, Mercedes Morán y todos esos grandes luchadores por el cine argentino posiblemente los esperaba alguna cena bien provista en el Hotel Provincial o en el Hotel Hermitage.

NdR: Y como en este mundo medio pelotudo que hemos construido entre todos hay que presentar el pasado antes de opinar porque no va a ser cosa que… cometo el pecado de linkear una nota publicada en esta misma columna hace como dos años como para que vean lo que opinaba (y opino) sobre Javier Milei. Acá.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.