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Desde la última vez que nos vimos

Título original: Ídem
Origen: Argentina
Dirección: Matías De Leis Correa
Guión: Matías De Leis Correa
Intérpretes: Patricio Arellano, Esteban Recagno, Martín Stark, Josefina Langlois, Matías De Leis Correa
Fotografía: Evelyn Flores
Montaje: Florencia Michelesi
Música: Fernando Nazar
Duración: 81 minutos
Año: 2023


5 puntos


EN EL TINTERO

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Desde la última vez que nos vimos, de Matías de Leis Correa, es el segundo largometraje de un director cuya sensibilidad está puesta en primer plano. Esto por momentos cae en el artificio del melodrama, pero no quita su fortaleza en los diálogos y una cuidada puesta intimista que apuesta sin dilapidar recursos narrativos. Esencialmente un drama romántico empujado por las referencias temporales que le dan un marco, hay entre sus segmentos hilvanados por el paso de los días un tono genuino solo opacado por algunas irregularidades.

El eje de la narración está puesto en Víctor (Patricio Arellano), un workaholic calculador que se define desde los primeros minutos por su facilidad para relacionarse con vínculos eventuales y sobrellevar una vida atareada. Su vida se complica con el reencuentro de un viejo amor que dejó impresas sus cicatrices a lo largo de su vida. Sin embargo, el vínculo con David (Esteban Recagno) expondrá a Víctor a mostrarse vulnerable y enfrentarse nuevamente a la intensidad y los escollos que afectaron su relación 15 años atrás. El relato se sostiene en esta dinámica de amor y desamor entre Víctor y David, que se encuentra atravesado por los problemas en la comunicación y la pasión como un elemento central para vincularse.

Al tener el diálogo un peso tan marcado, el film se sostiene en agobiantes planos cerrados que son los puntos de encuentro de David y Victor: una habitación, un departamento; locaciones que subrayan la ansiedad en la relación y construyen el clima general de Desde la última vez que nos vimos. Sin embargo, el foco puesto en el diálogo también resulta por momentos contraproducente: la película cae en el melodrama cuando cada línea parece construir un momento sentimental que agobia, resulta artificioso y es cercano a una telenovela. No ayuda que la química actoral sea irregular, pero el guión ondula entre un registro genuino y valiente para hablar de las relaciones y la obviedad más chata.

Esencialmente un relato de encuentros, desencuentros y las vicisitudes de aquello que no es resuelto, Desde la última vez que nos vimos no profundiza demasiado en la psicología de los personajes y se centra en la dinámica de la relación desde el erotismo y el diálogo, con una dirección sobria. A pesar de sus desprolijidades, es una película que construye algunos momentos notables que no terminan de ser cohesivos en su estructura.


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