Por Mex Faliero
NdR: Este texto contiene spoilers.
Si a Only murders in the building le reclamábamos un poco más de comicidad en esta nueva temporada, el episodio de esta semana, The white room (nuevamente dirigido por Adam Shankman), nos devolvió algunos momentos de humor a la altura de las dos primeras dos sesiones. Será que el episodio mostró nuevamente a Charles (Steve Martin), Oliver (Martin Short) y Mabel (Selena Gómez) en grupo, con la dinámica en la que mejor funcionan los personajes, aunque también es cierto que el protagónico de Charles permitió darle lugar al providencial al talento de Martin para la comedia física. The white room hizo referencia a un lugar mental al que llegó Charles al momento de ensayar una canción del musical que ensayan, que más que canción es un trabalenguas. Y es un lujo verlo a Martin en un nivel tan alto, aprovechando la plasticidad física y vocal. Los demás, más experimentados en la vida sobre las tablas, le aseguran que en verdad llegó a ese lugar abstracto al que llegan los actores cuando rompen la cuarta pared. Lo que sea, que al pobre Charles lo llevó a un estado de inconsciencia en el perdió absoluto control del cuerpo… y de sus decisiones. Tanto es así, que en una de esas epifanías, Charles terminó pidiéndole matrimonio a Joy (Andrea Martin), la maquilladora de Brazzos que se ha mudado al departamento junto a sus 62 peces (“Con un pez más sería la vieja de los peces”, dice). Lo que no dijimos es que Joy se ha convertido ahora en la nueva sospechosa del crimen de Ben Glenroy (Paul Rudd), descartada -de momento- Kim (Ashley Park), personaje que se reveló como sumamente patético y viviendo una vida de apariencias. Y si hablamos de apariencias, qué decir del regreso de Cinda Canning (Tina Fey), la exitosa podcastera que ahora vende una vida ligada a lo espiritual y sigue haciendo negocios mientras busca convencer a Mabel. La aparición de Cinda no deja de ser curiosa, aunque tenemos un par de teorías: O es la autora de este crimen, en venganza por lo ocurrido en la temporada pasada, o es un reacomodamiento del elenco de la serie conocida la decisión de Steven Martin por alejarse cuando termine esta tercera. Así las cosas, The white room fue un capítulo de mitad de temporada, pero nos permitió algunos momentos de comedia muy buenos y esos ida y vuelta ocurrentes entre Mabel, Charles y Oliver que son el centro de la gracia de esta serie encantadoramente a contramano del mundo de las series actuales.
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