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Archivo 81 – Temporada 1

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

En la carrera de James Wan está latente un dilema común para muchos cineastas contemporáneos: cómo crear algo nuevo sin dejar de dialogar con un pasado que es ineludible. Esa dicotomía se ha trasladado a su trabajo como productor -o más bien padrinazgo- de series televisivas como MacGyver, Swamp Thing y ahora Archivo 81. En el caso de la serie creada por Rebecca Sonnenshine, hay un intento deliberado por releer múltiples tradiciones y entramados genéricos y estéticos: desde el found-footage hasta el terror psicológico de los ochenta, pasando por el horror demoníaco de los setenta, el snuff y la producción televisiva al estilo La dimensión desconocida o incluso Los Expedientes Secretos X. En Archivo 81 podemos ver un compendio de cinefilia, en una historia protagonizada precisamente por cinéfilos, realizadores, narradores e historiadores. Y también por la propia materialidad del cine y la televisión: desde los dispositivos de rodaje hasta las imágenes, pasando incluso por las ideas que dan vida a ciertos imaginarios. El relato se centra entonces en Dan Turner (Mamoudou Athie), un archivista dedicado a restaurar materiales audiovisuales antiguos o deteriorados, a quien le ofrecen una gran cantidad de dinero para reparar unas cintas de video que resultaron dañadas en el incendio de un edificio durante la década del noventa. Si el cliente (un ejecutivo de una empresa de la cual se sabe poco y nada) es cuando menos extraño, sus requerimientos son aún más ambiguos: que se mude a unas instalaciones en el medio de un bosque, donde no hay Internet y casi no hay señal de celular. Pero todo se hace mucho más complejo -e inquietante- en cuanto empieza el proceso de restauración: las cintas pertenecen a una joven estudiante llamada Melody (Dina Shihabi) que estaba haciendo un trabajo de investigación histórica sobre el edificio y que descubre, progresivamente, que el lugar, al igual que sus habitantes, están marcados por un conjunto de misterios relacionados con una secta demoníaca. El trayecto de Melody arrastra a Dan, no solo por los enigmas alrededor de lo que pasó tras realizar esas filmaciones, sino también porque allí aparecen eventos directamente relacionados con su propio pasado. Aunque claro, hay algo más, que está relacionado no solo con la historia que muestran esas imágenes, sino con las imágenes en sí mismas, transformadas en una especie de puente hacia una dimensión maligna. De esta forma, Archivo 81 actualiza esta visión de que esos materiales audiovisuales que solemos ver como recuerdos de eventos finalmente irrecuperables y en consecuencia muertos, en verdad están vivos, aguardando ser rescatados del olvido y, en ocasiones, listos para atormentarnos. Por eso los protagonistas son gente con pasados traumáticos y marcados por vacíos identitarios a los que buscan completar, incluso a riesgo de que las respuestas puedan ser terribles. De ahí que los primeros capítulos, aún con sus arbitrariedades de puesta en escena, son los más potentes, porque se sostienen en lo que no se sabe, en esa respuesta que se escapa y en un horror acechante que todavía no explota. La estructura narrativa de la serie, que alterna entre el presente de restauración y el pasado progresivamente reconstruido, alimenta esto eficazmente, develando las capas de la mitología demoníaca e introduciendo secuencias al principio de cada capítulo que parecen desprendidas del relato, aunque luego cobran sentido con el correr de los minutos. Claro que esa fortaleza inicial se convierte en debilidad en los últimos episodios, a medida que aparecen respuestas -varias de ellas tranquilizadoras, en especial para la intimidad de los protagonistas- y, en consecuencia, se reduce la inquietud. Por eso el cierre de esta primera temporada, a pesar de que deja las puertas abiertas a una segunda entrega -aún no confirmada por Netflix-, es algo endeble y forzado en comparación con lo que se venía viendo previamente. Aún así, Archivo 81 deja flotando una sensación persistente de incertidumbre y desconfianza sobre nuestro propio punto de vista, disolviendo los límites entre fantasía y realidad hasta asustarnos un poco de nosotros mismos y nuestras percepciones.

-Los ocho episodios de la primera temporada de Archivo 81 están disponibles en Netflix.


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