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Atakan: reliquia diabólica

Título original: Atakan
Origen: Rusia
Dirección: Aleksandr Grishin
Guión: Aleksandra Radushinskaya
Intérpretes: Ksenia Plyusnina, Vladimir Kusnetcov, Denis Lukichev, Anna Serpeneva, Vladislav Altaiskii, Polina Strogaya, Alexandra Strogaya
Fotografía: Dmitry Prosyannikov
Duración: 80 minutos
Año: 2020


3 puntos


UNA PELÍCULA MALDITA

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

La distribución de cine en la Argentina da para todo y parece que la pandemia potencia esto, a partir del aluvión de películas comerciales rusas que estamos teniendo. En ese contexto, Atakan: reliquia diabólica es de lo más descartable que ha llegado hasta el momento. No solo porque no aporta nada realmente nuevo o mínimamente original, sino también porque su ejecución de todos los lugares comunes es ciertamente pésima.

Eso se nota prácticamente desde el mismo arranque, donde se pasa abruptamente de una escena plagada de gritos y desesperación a otra que transcurre en una típica clase de Historia en el ámbito universitario. Allí vemos a un profesor dando cátedra sobre un objeto de culto pagano que en algún momento fue rastreado por una agencia secreta rusa y un par de alumnos que se burlan de sus afirmaciones, mientras otros se dejan fascinar por sus teorías. Si ese tipo de recursos ya lo vimos mil veces, Atakan: reliquia diabólica -tanto desde sus diálogos como desde la puesta en escena- no hace el más mínimo esfuerzo por apartarse de la norma.

Y así continúa a lo largo de todo el metraje, mientras sigue a los tumbos a ese profesor y un grupo de estudiantes que descienden a las catacumbas de San Petersburgo para intentar hallar esa reliquia sacrificial. Obviamente, empezarán a darse extraños y atemorizantes eventos y las cosas se irán complicando cada vez más, hasta que las perspectivas de salida serán casi nulas, lo que llevará a los protagonistas a los extremos de sus personalidades. Si bien la película combina aspectos documentales (como las cámaras en mano que portan algunos personajes) con otros más propios de la ficción, en un intento por otorgarle algo más de vigor a lo que cuenta, lo cierto es que sus logros nunca van más allá de mostrarse como una repetición de exponentes que ya han pasado de moda hace rato.

De ahí que Atakan: reliquia diabólica se pretenda terrorífica y opresiva, pero nunca pase de ser rutinaria y esquemática, con personajes marcados por la superficialidad y una utilización de recursos de género carente de lucidez. Predecible y aburrida, sufre una maldición letal, que es la falta de ideas propias.

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