No estás en la home
Funcinema

24 líneas por segundo: Will Ferrell, el mejor de todos

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Mi descubrimiento de Will Ferrell fue con Superstar, aquella gran comedia de 1999 dirigida por Bruce McCulloch que era en verdad un vehículo para el lucimiento de Molly Shannon. Ferrell interpretaba a Sky Corrigan, el estudiante más arrogante del colegio pero también el inventor de los pasos de baile más geniales: todavía recuerdo el del molinillo para pimienta. También interpretaba a Jesús, en secuencias oníricas de lo más ridículas. Entre aquella película y Eurovisión (sí, el título es más largo pero quedamos en que la película se llama así en favor de la bendita síntesis), estrenada la semana pasada, pasaron dos décadas en las que Ferrell se fue convirtiendo progresivamente en el -no exagero- mejor comediante de su generación. Cuando Ferrell se hizo conocido, estaban ahí arriba Carrey, Sandler, Stiller, incluso Myers. Y en estas dos décadas no solo atravesó el ascenso y la caída de aquellos, sino también la aparición de una nueva generación alumbrada por Apatow, que también tuvo su ascenso y su amesetamiento (algo de eso escribía acá). Sin embargo Ferrell siguió su camino, uno bastante peculiar, con un humor por momentos tan border que lo volvió más que nada un comediante de culto: hay que tener un paladar acostumbrado al absurdo más ridículo para disfrutar algunas de sus construcciones cómicas (¡Ron Burgundy llorando a los gritos encerrado en una cabina telefónica durante largos segundos!): en Comedians in cars getting coffee Seth Rogen cuenta una anécdota muy divertida de Ferrell, un ejemplo del humor lunático que alumbra el imaginario del actor. Pero Ferrell está acostumbrado al camino difícil, de hecho su propia historia en el Saturday Night Live! es paradigmática. En sus comienzos fue calificado por el público como el peor de los integrantes del staff (incluso hubo encuestas) y cuando terminó su recorrido en el icónico show televisivo el mismo público lo amaba. También en Comedians in cars getting coffee (ese programa que es teoría en movimiento sobre el humor), Ferrell le cuenta a Jerry Seinfeld que antes de ser comediante trabajaba de cajero en un banco y que cuando le contó a sus compañeros que iba a dedicarse al stand-up lo miraron con cara rara: “¿En serio vos te vas a dedicar a la comedia?”, lo interpelaron. Aclaro que cuando hablo de las comedias Ferrell me refiero a aquellas que forman parte de su universo cómico, y no a apuestas por fuera como Más extraño que la ficción, Volver a empezar o la reciente Cuesta abajo. En sus películas, Ferrell trabaja el absurdo a un nivel extremo y tiene una condición única, le pone el cuerpo: son incontables las escenas que lo muestran corriendo desnudo o usando vestuarios que convierten su propio cuerpo en una herramienta cómica. Pero sus personajes aniñados, ingenuos y soñadores impiden el cinismo. Su humor se ha ido sofisticando al nivel de que lo que antes era un universo intervenido por sus ocurrencias esporádicas, hoy son ocurrencias que construyen un universo con sus propias reglas. Ver cómo resuelve la situación de los elfos en Eurovisión para comprender a qué nivel el absurdo hace sistema en sus películas. Pero hay algo que para mi gusto lo vuelve indispensable y único: a Ferrell le interesa la comedia por la comedia misma. Las comedias Ferrell no van a formar parte de ninguna agenda, no ablandan a sus personajes para volverlos héroes románticos, nunca se traicionan ni cuando hace comedia familiar como en Guerra de papás, piden que el espectador decodifique sus códigos antes que simplificar su lectura, son comedias en la más pura esencia del género. Chiste, chiste, chiste. Puede haber alguna más redonda que otras, pero esa apuesta por lo ridículo y lo absurdo lo vuelve realmente imprevisible. Eurovisión seguramente es un ejemplo más amable de su humor y tal vez una película que puede ser una buena forma de iniciarse en su mundo. De lo que estoy casi seguro es que si todavía reímos, a esta altura de la humanidad, es gracias a Will Ferrell.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.