No estás en la home
Funcinema

24 líneas por segundo: ¿este es el fin (de la comedia)?

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

El otro día repasaba en la tele Este es el fin, la salvaje comedia de Evan Goldberg y Seth Rogen en la que buena parte de la plana mayor de la última generación de grandes comediantes norteamericanos se enfrentaba al apocalipsis. Y si bien la película es apabullante y avanza rompiendo todo y sin pedir perdón por nada, hay un grado de tristeza que era imposible de ver en su estreno (2013) y que hoy aparece de una forma clarísima. Porque rever Este es el fin me dejó pensando en que esa extinción de famosos (la película es un juego autorreferencial constante) era una suerte de lectura autoconsciente del lugar al que se dirigía la comedia. ¿Este es el fin es la última gran comedia de esa generación? ¿Es su lápida? Por un lado quería aceptar esta tesis, pero por otro lado me negaba: sigue habiendo buenas comedias, sigue habiendo comediantes con ideas, sigue habiendo directores que piensan la comedia desde otro lugar y la actualizan, y me encanta la comedia y me niego a su desaparición. Sin embargo, días después me puse a jugar un poco y a armar una lista de las veinte mejores comedias de estos primeros veinte años del Siglo XXI. Vieron, esas pavadas que hace uno para poner al cine en estanterías y mostrárselo a los amigos. Bueno, ahí me di cuenta que dieciséis de esas veinte películas corresponden al período que va entre 2004 y 2012, que es tal vez la época de mayor lucidez del género en las últimas décadas. Si bien 2004 marca el comienzo de la debacle de Adam Sandler (ese año estrenó la genial Como si fuera la primera vez), tenemos a Will Ferrell tirando joyas, una detrás de otra (El reportero, Ricky Bobby, Patinando a la gloria, Semi-pro, Hermanastros, Policías de repuesto, Casa de mi padre), a Ben Stiller en estado de gracia (Mi novia Polly, Dodgeball, Tropic Thunder), figuras ascendentes como Andy Samberg, Bill Hader, Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Tina Fey, a Judd Apatow sacándole punta a las dudas existenciales de una generación (Virgen a los 40, Ligeramente embarazada, Hazme reír, Bienvenido a los 40) y volviendo indispensable a una camada de jóvenes intérpretes. Ahora que lo pienso, Bienvenido a los 40 podría ser otra película lápida para esta generación. A partir de ahí, Sandler siguió en la irregularidad, Stiller comenzó a tener ambiciones por otros lados, Ferrell se volvió menos productivo, Adam McKay se puso serio, Apatow perdió el rumbo, aunque tal vez Paul Feig y Nicholas Stoller fueron los que mantuvieron alta la vara. Sin embargo, el panorama se volvió más difuso: las grandes comedias aparecen de manera más esporádica y algunos trucos que siguen siendo efectivos comenzaron a repetirse. Hay nombres propios, hay realizadores, pero no parece haber una camada con la fuerza de aquella, capaz de renovar el espíritu y crear memoria emotiva. Si sumamos en la ecuación a la corrección política, los tiempos de la comedia en el cine (por el cine entendamos ver una comedia en una sala) son complicados. Y el refugio, como marcó el camino Sandler, parece ser la televisión: la generación que nació en el pantalla chica del SNL! vuelve al hogar con el rabo entre las piernas. De hecho el viernes que viene se estrena la nueva de Will Ferrell por Neflix. La espero muy ansioso. Luego les cuento si hay vida todavía.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.