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Morgan

morgan_unoTítulo original: Ídem
Origen: EE.UU.
Dirección: Luke Scott
Guión: Seth W. Owen
Intérpretes: Kate Mara, Anya Taylor-Joy, Rose Leslie, Michael Yare, Toby Jones, Chris Sullivan, Boyd Holbrook, Vinette Robinson, Michelle Yeoh, Brian Cox, Jennifer Jason Leigh, Paul Giamatti, Crispian Belfrage, Amybeth McNulty, Jonathan Aris, Charlotte Asprey
Fotografía: Mark Patten
Montaje: Laura Jennings
Música: Max Ritcher
Duración: 92 minutos
Año: 2016


6 puntos


LA CRIATURA CONTRA SUS CREADORES

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

morgan_dosLuke Scott es el hijo de Ridley Scott y en su ópera prima, Morgan, eso se nota bastante. En cierta forma, el film, centrado en una consultora de riesgo (Kate Mara) que es enviada a las instalaciones de una corporación para decidir si terminar o no con la vida de una persona creada artificialmente, es una relectura –e incluso reescritura- temática, narrativa y hasta estética de Alien.

Luke toma varias lecciones del clásico de 1979 de su padre Ridley: una fuerte concentración espacial, ya que la historia transcurre mayormente en una casa y su laboratorio; un amplio despliegue de estereotipos para construir al grupo detrás del experimento, donde podemos ver desde la sensible educadora de la niña Morgan, hasta la científica que encabeza con sobriedad todo el emprendimiento, pasando por el apuesto pero algo inútil cocinero; una pausada progresión de los acontecimientos, hasta el estallido final de la violencia y el horror; y un debate sobre la ética de las corporaciones y cómo sus objetivos terminan chocando con los deseos y motivaciones de los científicos.

Sin embargo, podría decirse que la visión que va delineando Morgan es aún más oscura que su saga de referencia y está dada por el punto de vista, ya que el personaje de Mara tiene más de una conexión con el interpretado por Ian Holm en Alien y por Paul Reiser en Aliens: es alguien que responde antes que nada a la corporación para la que trabaja, que no tiene sensibilidad, que solo le importa su meta y que en base a eso hará todo lo posible para cumplirla, de la forma más profesional y limpia posible. El resto de los protagonistas, a pesar de sus sensibilidades, nunca terminan de ser verdaderamente positivos: son esencialmente egoístas, van detrás de sus deseos sin pensar en las consecuencias y solo toman cabal consciencia de sus errores cuando ya es demasiado tarde.

Esta apuesta por un tono sombrío y hasta clínico, sin personajes que generen empatía, hacen a Morgan un film interesante pero también algo distante en su frialdad, con lo que nunca llega a apasionar, a pesar de contar con el plus de un elenco repleto de figuras que saben conectar con el espectador, como Toby Jones, Michelle Yeoh, Jennifer Jason Leigh y hasta Paul Giamatti. En verdad, el personaje que merece mayor profundidad por parte de Scott es lógicamente Morgan, aunque su camino de progresiva autoconciencia de su verdadera naturaleza y poder, de criatura tratando de dejar estar sometida a los designios de sus creadores –en una actualización femenina y adolescente del mito frankensteiniano-, la termina colocando en un lugar cuando menos incómodo para el espectador.

En Morgan conviven elementos de ciencia ficción corporativa pero también de horror y acción (de la mano de una fuerte fisicidad), con puntuales toques de drama familiar y de crecimiento. Esa mixtura confluye de manera decisiva en el clímax, con el paisaje de bosques funcionando como metáfora de las tensiones y contradicciones entre lo humano, la naturaleza y lo instintivo. Allí Luke Scott muestra habilidad y sobriedad para sostener su apuesta, aunque eso lo lleva a concebir un film algo a destiempo, una pequeña anomalía dentro del panorama hollywoodense, lo cual explica su fracaso en la taquilla. Aún con sus lagunas narrativas, Morgan no deja de ser un film atractivo en su exposición de lo monstruoso dentro de lo humano.

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