Un drama sustentado desde la manipulación y donde la puesta en escena, el guión y las actuaciones se enfrascan en un torneo de intensidad que termina aburriendo.
La nueva película de Ira Sachs contiene algunos de los elementos de su cine, pero termina abandonado a la suerte de un elenco que muestra por ratos su enorme talento.
La ópera prima del hijo de Ridley Scott es una particular relectura de la saga Alien y el mito de Frankenstein, que aún con sus baches no deja de poseer elementos de interés.