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Los Roling Stones en Argentina: primera mirada


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¿Paint it black? En un día gris, los Rolling Stones pintaron de color la Argentina

Por Marianne Ríos // fotos: Télam

(@fancinemamdq)

Este domingo se cumplió la cuarta visita de sus Majestades al país. Las anteriores presentaciones fueron todas en el Estadio River Plate. Brindaron cinco shows en 1995 en el marco del Voodoo lounge tour; otros cinco en 1998 presentando Bridges to Babylon; y dos conciertos en 2006 cuando el A bigger bang tour los trajo en la que se creía, sería la última vez. Por suerte para todos sus fanáticos arribaron nuevamente a Argentina, y ya dieron el primero de los tres conciertos del América Latina Olé Tour en el Estadio Unico de La Plata.

Aunque el aspecto climatológico no fue idílico, no desanimó al público que fue llegando al Estadio desde temprano bajo una llovizna persistente y algún chaparrón. Los rockeros más aguerridos siempre consideran una bendición que llueva cuando esperan un recital de tanta convocatoria. Alrededor de las 17:00 del domingo 7 se abrieron las puertas y los más ansiosos fueron espectadores de La Beriso y Ciro y Los persas, las bandas teloneras de los Stones en esta gira.

Pocos minutos después de las 21:00, se había agotado la espera. Se apagan las luces y la multitud se emociona con la introducción proyectada en las pantallas gigantes donde se repasa la carrera de la banda británica en fotos de sus integrantes que muestran los cambios de los Rolling conforme transcurrieron las décadas y también del ícono Stone, la lengua. Al fin, Keith Richards apareció en escena con el mítico acorde de Start me up junto a Mick Jagger, Charlie Watts y  Ron Wood, para dar comienzo a más de dos horas y media de un show fascinante.

La puesta en escena fue impresionante. Tanto la magnitud de las pantallas, con su mega ultra alta definición, los videos que acompañaron cada tema, el tamaño del escenario y la necesaria e infaltable tarima que llegaba hasta poco menos de la mitad del campo, las luces y sus distintos juegos en cada tema combinando a la perfección con cada uno de los cambios de vestuario del Lord Mick Jagger y compañía, hacen que el show, impecable a la vista, haya valido la espera (y la entrada), y que el sonido haya sido el mejor desde el primer tema, sin un solo error, demostrando una vez más por qué los Rolling Stones siguen siendo la banda mas convocante del mundo.

Antes de pasar al segundo hit de la noche Jagger saluda: “hola Argentina, hola Buenos Aires” y bromea,  “qué bueno estar de nuevo en la Argentina y por primera vez en La Plata. Tardamos tanto en llegar que pensamos que tocábamos en Montevideo”. Y así dio paso a la legendaria It’s only rock n’ roll, que hizo estallar al Unico, ya completamente lleno, cuando Keith Richards hizo uno de los solos más lindos del recital y se llevó todas las ovaciones. El show continuó con Tumbling dice, Out of control y Street fighting man, del disco Beggars Banquet, esta última elegida por los fans a través de internet.

Para entonces ya se podía notar que el rendimiento vocal del gran Mick no es el mismo del de hace tiempo. Seguramente porque se le dificulta a esta altura llegar a los agudos que tanto nos agradan, fue que le daba mucha más participación al público, alentándolos a que sean ellos los protagonistas y que canten desde abajo del escenario más de un verso y en mucho más de un tema del setlist. Y luego… llegó Anybody seen my baby, que dejó ver al gran frontman un tanto perdido en tiempo con la canción a la que se acomodaba sólo en los estribillos y que lo obligó a acercarse a los coristas, primero a Sasha Allen y luego a Bernard Fowler, en busca de una guía.

Los oyentes que notaron la falla la olvidaron apenas empezó a sonar Wild horses: fue la primera vez que Argentina escuchaba esta balada en vivo por sus creadores. Al finalizar, Mick vuelve a dirigirse a los fanáticos en un español más fluido que el de 2006: “fuimos a Caminito, practicamos tango, en la Costanera Charlie comió choripán con chimichurri”, dijo y el público respondió con risas y aplausos. A continuación los ingleses volvieron a demostrar por qué son la banda más grande del rock and roll al tocar Paint it black, que hizo vibrar al estadio y Honky tonk woman.

rollingdosLuego Jagger presentó a la banda. La gente ovacionó a cada uno de los Stones. Charlie Watts no decepcionó en ningún momento. Es para destacar su profesionalismo y se nota que es quien lleva la banda incluso cuando surge algún mínimo desfasaje. Rony Wood fue quien estuvo más atento y justo en cada tema, y también el que se movía con mas habilidad -convengamos, es el más joven de los Stones-. Llegado el turno de Richards, los fans se hicieron notar más que nunca. “I love you, muchas gracias”, dijo emocionado Keith cuando el público coreaba “olé, olé olé… ¡Richards! ¡Richards!”, mientras el emblemático guitarrista se preparaba para cantar Can’t be seen with you, del disc Steel wheels y Happy, de Exile on Main St.

Ya con Mick Jagger de nuevo en el escenario, vinieron Miss you, Midnight rambler y luego Gimme shelter, con la participación de Sasha, la nueva corista de los Stones, reemplazando a Lisa Fischer en este tour. Si bien Lisa nos tenía acostumbrados a una fuerte presencia escénica con su enorme sensualidad y transmitía de excelente manera la confianza generada por años de shows entre la cantante y Jagger, Allen no defraudó con su potencia vocal. El concierto siguió con Brown sugar, conocido y cantado por todos los presentes. Después sus Majestades Satánicas comienzan el clásico Sympathy for the Devil y la euforia crece aún más con Jumpin Jack flash, que sonaron a la perfección mientras el escenario se encendía con fuegos artificiales.

Se apagaron las luces una vez más. A diferencia de las presentaciones de la última visita, los Rolling Stones se toman algunos minutos cada tres temas, lo cual es lógico: tienen diez años más y eso se nota no sólo en la necesidad de descanso sino en la performance de cada uno de ellos. Richards se mueve muy poco y Jagger ya no corre a lo largo del escenario, aunque lo camina de punta a punta y sigue haciendo sus pasos de baile más característicos.

Cuando ya todos sabían que se acercaba el final, se escuchó un coro impecable de You can’t always get what you want en vivo, para sorpresa y emoción de todos los fanáticos, que da paso a la mítica banda a tocar uno de los temas más esperados en cada gira. Entonces el cierre con (I can’t get no) satisfaction, que el público coreó con entusiasmo y algunos hasta con lágrimas en los ojos. Pasadas las 23:15 los legendarios Rolling Stones saludaron abrazados como es costumbre antes de despedirse de los escenarios y se apagaron las luces hasta este miércoles. Aún no es la despedida definitiva, quedan dos shows para muchos.

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