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Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

first day of campEste texto podría ser una letanía, sólo una lista que incluya todos los nombres involucrados en Wet hot american summer: first day of camp. Y estar perfecto. Porque esos nombres representarían con su sola invocación un mapa por el territorio de la mejor comedia que pueda existir en el presente; y también hacia atrás. Desde muy atrás. Pero son muchos nombres. Muchísimos. El elenco es generoso en protagonismos, secundarios y cameos. A pesar de ser un fracaso comercial, Wet hot american summer -la película- fue la comedia que instaló con seriedad el nombre de David Wain en el panorama del cine norteamericano. Era 2001 y la independencia tras el proyecto permitía ciertos lujos narrativos y temáticos que el mainstream no. Aquella comedia revoltosa se convirtió en un fenómeno de culto. Así que vaya uno a saber por qué misterios de la producción de cine (tal vez porque muchos en su elenco hoy son famosos: demonios, ¡Paul Rudd es Ant-Man!), Netflix decidió ordenar una serie basada en aquella película. No una secuela, ni una remake, ni siquiera una precuela. Si la película contaba el último día del campamento de verano, la serie cuenta el primero. Y lo hace con los mismos actores, sin hacerse cargo de que pasaron 15 años y que si por entonces Elizabeth Banks no parecía una adolescente, ahora mucho menos. No importa, porque ese es parte del juego que propone Wain: una comedia adolescente sobre el paso del tiempo -elemento clave del género-, pero de un tiempo estirado, alargado, dilatado, aletargado; tiempo suspendido en el tiempo. Y no se queda ahí, transita con absoluta libertad superficies genéricas (hay una invocación constante al cine cómico norteamericano de todos los tiempos: Keaton, Brooks, ZAZ, Apatow) y temáticas (con lo sexual sirviendo como material satírico constante): las comedias de Wain siempre funcionan a lo largo, porque las situaciones cómicas se valen del impacto de múltiples elementos; tal vez por eso el primer capítulo sea algo flojo y la serie funciona mejor cuantos más capítulos juntos se ven. Pero si hay algo claro en First day of camp, es que sus creadores son consciente del tiempo que habitan, donde la televisión se ha convertido en referencia audiovisual: la serie está construida con una enorme variedad de recursos, que van del cliffhanger a la multiplicidad de subtramas, de la ciencia ficción más improbable a los giros antojadizos. Wet hot american summer: first day of camp es lo más libre que se pueda ver en el cine y la televisión actual. Una obra maestra en ocho capítulos.

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