Título original: Fantastic Mr. Fox
Origen: EE.UU.
Director: Wes Anderson
Con las voces de: George Clooney, Meryl Streep, Jason Schwartzman, Bill Murray, Wallace Wolodarsky, Eric Chase Anderson, Michael Gambon, Willem Dafoe, Owen Wilson
Guión: Wes Anderson, Noah Baumbach sobre la novela de Roald Dahl
Fotografía: Tristan Oliver
Música: Alexandre Desplat
Montaje: Ralph Foster, Stephen Perkins, Andrew Weisblum
Duración: 87 minutos
Año: 2009
9 puntos
Wes se encontró con Anderson
Por Rodrigo Seijas
Wes Anderson era un director que nunca me terminaba de cerrar del todo. Demasiado clínico a veces, en otras se pasaba de cursi. En otras instancias pecaba de pretencioso, para luego entrar en una autoparodia bastante pedante, como si subestimara al espectador. En su cine en demasiadas ocasiones los personajes eran arrasados por el trabajo estético, o al revés: lo discursivo aparecía como un deseo de remarcar lo que ya se había visto a través de la imagen, redundando sin razón alguna. Nunca había un equilibrio entre forma y contenido, entre los personajes y el ámbito encuadrado por la cámara. Su filme más logrado había sido Rushmore, donde todavía aparecía despojado de esa ambición desproporcionada y el distanciamiento que se iban a ir cronificando en Los excéntricos Tenembaum, Vida acuática y Viaje a Darjeeling.
Pero con la adaptación animada de la novela de Roald Dahl (autor de Jim y el durazno gigante, Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate), Anderson parece haber encontrado el balance adecuado, o más bien, su lugar en el mundo.
Como siempre en Roald Dahl, los protagonistas están ligeramente desviados de las representaciones que marca su contexto. Si el mundo va para la derecha, ellos van para la izquierda, construyendo universos paralelos que delatan el sinsentido de lo convencional y establecido. De ahí que sus historias sean de choque, de rebelión, de autosuperación y autodescubrimiento de la identidad de freak, a la que se termina asumiendo como una virtud, en vez de defecto.
Algo similar sucede en El fantástico Mr. Fox, donde el protagonista se presenta desde el inicio asumiendo como puede el nuevo rol de padre de familia. No obstante, su instinto de cazador puede más que él e intenta realizar el crimen de su vida: un triple crimen en verdad, que lo enfrentará con el trío de granjeros más peligroso. Los problemas de Mr. Fox no serán sólo suyos, sino que pronto terminarán afectando a su familia y al resto de su comunidad.
Lo que se puede observar a lo largo de todo el metraje es un encuentro y unión entre el mundo de Anderson y Dahl. Wes se topa con Roald y es como si lo abrazara, se le entregara por completo. A la vez, se conoce a sí mismo. Entonces, se produce un hecho mágico en su cine: todas las piezas se ajustan a la perfección. Los diálogos se enlazan armoniosamente, los personajes adquieren una espesura consistente, el relato va saltando de una contingencia a otra con llamativa velocidad y fluidez. A la vez, el humor está presente como nunca antes en la obra del director de Bottle rocket: inteligente e inocente a la vez, siempre dando en el blanco. Todo esto va llevando hacia la configuración de un mundo aparentemente insólito en su estructura, pero totalmente natural y verosímil a los ojos del espectador.
Por eso cuando la Señora Fox le dice a su esposo “estoy embarazada”, esa frase resuena con una fuerza inmensa: es de una mujer que es conciente de que va a convertirse en madre, que espera a una criatura en su interior, a la que ama aún sin haberla conocido. Es amor en estado puro. Asimismo, es el anticipo de toda una historia de aprendizaje: del señor Fox aprendiendo a ser padre y esposo; de la señora Fox aprendiendo a hacerse escuchar y exigir lealtad; de Ash, el hijo, aprendiendo a estimarse adecuadamente.
Lo mismo sucede con el elenco de voces, integrado por un dream team de proporciones inusuales: George Clooney, Meryl Streep, Jason Schwartzman, Bill Murray, Michael Gambon, Owen Wilson, Willem Dafoe, entre otros. Ya antes Anderson había trabajado con estupendo elencos, pero siempre se notaba un cierto nivel desparejo o una labor donde el tono monocorde terminaba desfavoreciendo a algunos actores. Pero nada de eso sucede aquí. Clooney descuella y le transmite su carisma y encantadora desfachatez al Señor Fox; la señora Fox de Streep es joven y madura a la vez; Murray deja que explote toda su potencia expresiva; el villano al que le pone voz Gambon es tan elegante como perverso y meticuloso. Y así con todos los demás.
Por todo esto, lo mejor y más concreto que se puede decir es que El fantástico Mr. Fox es la mejor película de Wes Anderson, quien, casi en completo silencio, se recibió de cineasta. Un diploma ahí.
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