Un producto bastante típico de su época y sobrevalorado en la actualidad, con una trama entre disparatada y arbitraria, en la sobresale un machismo entre grasoso e ingenuo.
Una película que podría ser entretenida y estimulante a partir de su combinación de géneros, pero que está hecha con una llamativa falta de ganas y energía.
El primer protagónico que tuvo el fallecido Carl Weathers era un film interesante, pero con demasiados lugares comunes de su época, a los que no lograba trascender.
El último film de John Woo en Hong Kong antes de su mudanza a Hollywood es un relato plagado de excesos, que revela también los límites de un subgénero que el realizador ayudó a crear.
Esta serie de acción creada por Shawn Ryan, sin innovar demasiado, es sumamente efectiva en su despliegue de espectacularidad, de la mano de personajes marcados por su profesionalismo.
Esta continuación repite las virtudes y defectos de su predecesora, por lo que es un entretenimiento ciertamente efectivo, aunque excesivamente culposo.
Arnold Schwarzenegger revitaliza un poco su carrera con esta serie que, con sus desniveles, logra balancear la comedia y la acción, encontrando unos cuantos pasajes atractivos.