
Título original: The Monkey // Origen: EE.UU./Inglaterra/Canadá // Dirección: Osgood Perkins // Guión: Osgood Perkins, sobre un relato de Stephen King // Intérpretes: Theo James, Tatiana Maslany, Christian Convery, Colin O’Brien, Elijah Wood, Rohan Campbell, Sarah Levy, Osgood Perkins, Tess Degenstein, Danica Dreyer, Beatrix Perkins, Kingston Chan, Zia Newton, Nicco Del Rio, Shafin Karim, Lumen Beltran // Fotografía: Nico Aguilar // Montaje: Graham Fortin, Greg Ng // Música: Edo Van Breemen // Duración: 98 minutos // Año: 2025 //
4 puntos
MALA LECHE
Por Esteban Simoes
Stephen King es uno de los autores más prolíficos de los últimos cincuenta años. Poseedor de una obra sin igual, logró imponerse a la vez como un autor de culto y como un grandísimo bestseller. Su obra ha sido adaptada al cine tantas veces que realmente es difícil saber cuántas adaptaciones hay con exactitud. Desde sus novelas canónicas (como Carrie adaptada por De Palma) hasta los cuentos más recónditos de su acervo, King da para todo. Desde superproducciones monumentales a películas de bajísimo presupuesto.
En este caso, tenemos la adaptación de un cuento que data de 1980, época prolífica si las hubo para King, y de la mano de un director que viene haciendo ruido en la industria desde la celebrada (por otros) Longlegs, como Osgood Perkins. Hijo del reconocido actor y director de la saga Psicosis, Anthony Perkins, el oriundo de Nueva York no tiene inconvenientes para incomodar ni molestar. El problema acá es que pareciera que se trata de un misántropo, es decir, un tipo que odia a la humanidad y sus singulares comportamientos. Sabe filmar, sin dudas, pero el desprecio que parece sentir por sus congéneres se filtra a cada rato.
La película en cuestión podría ser calificada como una comedia negra, negrísima, porque de terror hay muy poco, en todo caso más bien asco. Con la excusa del mono maldito que toca su tambor y desata el caos y la muerte a su alrededor, Perkins aprovecha para desplegar un arsenal de escenas bizarras hasta lo inverosímil (bien filmadas, es cierto), pero que parecen estar más cerca del Johnny Knoxville de Jackass que de Hitchcock o del mismo Perkins padre. Su predicamento pareciera ser que la gente es mala y se merece todo lo que le pase.
No podemos dejar de resaltar el nivel de mala leche que maneja el bueno de Oz. Está a la altura de otros grandes misántropos como Nolan, Villeneuve o Iñárritu, lo cual es decir bastante. Perkins está convencido de lo que predica y está dispuesto a llevarlo hasta las últimas consecuencias. Es cierto que algunas muertes causan gracia, lo que pareciera ser premeditado, pero la acumulación hasta el hartazgo hace que al final nos volvamos indiferentes ante las mismas. Una pena. Los actores hacen lo que pueden ante semejante guión (destaca el cameo muy simpático de Elijah Wood), los aspectos técnicos son correctos y la música, aceptable. Pero queda claro que esta adaptación de King tiene como destino el olvido inmediato o, como se decía en otras épocas, el basurero de la historia.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: