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Recapitulación de Homeland: F**ker Shot Me

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

Posiblemente estemos ante el episodio más flojo de esta última temporada de Homeland. ¿Eso significa que es malo? No, pero sí que el conflicto central ha encontrado, al menos de momento, una meseta donde no llega a tener del todo claro qué rumbo tomar. Y es así que F**ker shot me posee unos cuantos pasajes un tanto erráticos, en los cuales se notan demasiado los baches del guión.

Quizás lo más atractivo sucedió en Washington D.C., donde el ahora Presidente Hayes toma protagonismo en las decisiones, ayudando a inclinar la balanza para el lado de una guerra total en Afganistán, con G´ulom como aliado y consejero. En el medio, Wellington queda en la cuerda floja y, como él mismo afirma, solo puede dedicarse a “seguir la corriente”. En este contexto es que vemos la aparición de un nuevo personaje, John Zabel, un vocero de la mano dura que seguramente tendrá un rol relevante, teniendo en cuenta que lo interpreta un actor conocido como Hugh Dancy. La única que le pone un freno a Hayes –aunque sea momentáneo- es, paradójicamente, alguien que parece débil a primera vista: la ex Primera Dama, que no acepta sus hipocresías y le señala que todo lo que hace es para sacar rédito político.

Las decisiones de Hayes condicionan a Saul, quien busca una alianza aunque sea momentánea con la inteligencia pakistaní. Su conversación con Latif y Qureshi es por lejos lo mejor del episodio –todo lo que dice Saul respecto a que un Presidente necesita ir a la guerra para mostrarse fuerte es muy lúcido-, aunque el desenlace es poco creíble. De hecho, la colaboración que aporta Qureshi para intentar convencer a una jueza que integra el tribunal que juzgará a Haqqani da la impresión de ser cuanto menos forzada en su construcción moralista. Pero igual no da resultado: G´ulom, alertado por Hayes, cambia la composición del tribunal y el juicio al líder talibán dura apenas treinta segundos bastante ridículos.

Mientras tanto, el viaje de Carrie con Gromov tiene altas y bajas: su paseo por el pueblo donde lanzó bombas cuando era jefa de estación de Kabul coquetea con el golpe bajo, mientras que el rescate de Max amenaza con convertirse en una comedia de enredos. Sus intenciones de que envíen una unidad especial para rescatarlo se ven frustradas y el capítulo finaliza con ella impotente, mientras Max parece estar a punto de ser ejecutado como demostración de fuerza por parte de Jalal Haqqani, quien reaparece en escena. F**ker shot me es un episodio un tanto frustrante, donde no se ven reales avances en las distintas tramas. Quizás en el capítulo que viene Homeland retome el nivel de excelencia que viene mostrando últimamente.

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