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Recapitulación de Homeland: The return

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS
Por primera vez en toda la sexta temporada de Homeland, Carrie está en peligro, o más bien, mucho más consciente del peligro que corre. The return es un capítulo donde los giros empiezan a hacer avanzar rápidamente los conflictos y donde la paranoia adquiere un tono particular: el ámbito de lo privado comienza a contaminar lo público, con misteriosos emporios empresariales que tienen su propia agenda. De hecho, hubo unos cuantos pasajes que recordaron a películas como Los secretos del poder, en los que organizaciones gigantescas se abalanzan sobre los protagonistas.

Las averiguaciones la llevan a Carrie a cambiar su vínculo con el agente del FBI Ray Conlin, quien también empieza a darse cuenta que hay algo raro, que todo huele bastante mal y que hay una misteriosa organización que está moviendo unos cuantos hilos de todos los hechos vinculados al atentado. A ambos los une en cierta forma la culpa, la consciencia de que sus acciones (o la falta de ellas) contribuyeron a que una bomba explote en Nueva York. Pero el costo que paga Conlin es mucho más caro que el de Carrie: rápidamente queda en la mira del misterioso hombre que vivía frente al departamento de Carrie y que tuvo una participación más que importante en el atentado. La secuencia donde Carrie llega a su casa, encuentra su cadáver y debe huir del asesino posee una carga de tensión notable y manejada estupendamente.

El otro que estuvo haciendo averiguaciones fue Saul, que definitivamente tiene amigos por todos lados. En este caso, un ruso que le trae la información concreta e irrefutable que prueba que Dar Adal y la gente del Mossad está jugando con él en lo que respecta a la verdad sobre si Irán ha vuelto a estar involucrado en un programa nuclear. Lo que no queda claro todavía es la relación directa entre esta subtrama con todo lo que ocurre en Nueva York.

Pero posiblemente lo más interesante de The return haya sido precisamente el retorno de la Presidente electa Keane, que incluye un significativo diálogo con la señora Diehl, una de las encargadas de que ella permaneciera aislada en una casa de localización indefinida, que termina ayudándola a escapar. La conversación que ambas mantienen en el auto, con iguales niveles de respeto y tensión, gira alrededor de los hijos que perdieron en la guerra y aborda cuestiones como la memoria y la utilización de la muerte con un respeto difícil de hallar en otras obras. La escena, sutil y compleja a la vez, se sostiene en buena medida sobre las actuaciones de Elizabeth Marvel (Keane) y Deborah Hedwall (Diehl), ambas magníficas.

El cierre de The return es otro retorno: el de la agente alemana Astrid, que mediante una particular serie de maniobras consigue sacar a Quinn de donde está recluido. ¿Cuáles son las intenciones de Astrid? ¿Buenas o malas? Lo cierto es que Quinn aún tiene un papel por jugar. El tema es a favor de quién. Mientras tanto, Homeland sigue profundizando los enigmas de una temporada cada vez más paranoica en sus atmósferas.

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