Noche de gala
Por Gabriel Piquet / Fotos: David Pafundi, Facebook Video y Archivo.
Nuevamente el Teatro Colon de Mar del Plata albergando bandas de rock. Es una muy buena noticia para un lugar tan emblemático de la ciudad: las autoridades actuales están intentando una apertura que se ve con buenos ojos, pensando de cara al futuro con respecto a este tipo de eventos. “Jueves 20:30” indica el afiche del evento. En la boletería informan que recién se dará sala a las 21:00, y a las 21:30 comienza a sonar la primera banda (vamos que se puede, a seguir insistiendo con la puntualidad que es un factor importante).
Luzparís arranca el show y la tradicional voz de una azafata con acento español nos dice que la TV volverá a su programación. Imágenes de un capítulo de la serie de Los Simpsons de fondo juegan con la aparición del grupo en escena: el guitarrista Rubén Montoya tiene puesta una campera con capucha y anteojos que lo emparentan más con el universo del hip-hop. Este primer tema, en un determinado momento, me hace recordar a la guitarra de J.Hammer, el creador de la música de la serie División Miami. Irán pasando Mil zombies contra mil robots, Río Negro y le llega el turno a Tierra de conejos, con un marcado colchón de teclado y la tradicional posición contorsionada de uno de sus guitarristas (Diego Montoya), que se asimila a la tapa del disco London calling de The Clash en ese final bien poderoso que tiene la canción. Esto le da pie para seguir con más fuerza aún y suena El Huracán. Después viene Evitando la caída, un amigo me dice que algunos pasajes sonoros le recuerdan al disco Bocanada de Gustavo Cerati. Miami 275, otro tema que se está volviendo un clásico, y un cierre con una canción -todavía sin nombre- que pertenece a su próximo trabajo y que nos trae los mejores augurios para la banda de los hermanos Montoya. Con esta primera escucha se puede decir que es un tema más rítmico, con una cadencia del bajo que remite a un sonido más cercano a los 70’s y deja abierta la puerta para que todo su nuevo material nos dé más de una grata sorpresa. A esta altura, ya lo podemos afirmar, Luzparís está necesitando urgentes presentaciones en el circuito de Buenos Aires. Es una de las bandas de Mar del Plata que más ha pulido su sonido y no tienen nada que envidiarles a muchos artistas consagrados.
Luego de un corte para que se prepare el escenario, la siguiente banda que sale a escena es Video. Quiero aclarar que es la primera vez que los escuchaba y por lo que sé, es una banda que tuvo una importante trayectoria en la década del 80 en la ciudad y desconozco si mantienen la misma formación de esa época. La banda empieza a sonar sin su cantante en escena, quien ingresa al escenario y enseguida marca su presencia. Se hace llamar Daguer y tiene un carisma pocas veces visto para un vocalista de la escena local (en algunos pasajes se vuelve un poco excesivo su histrionismo, pero no opaca al resto del grupo). Aeropuerto es el primer tema que hacen, les sigue Flagelo. Se notan muchas influencias de fines de los 70’s y principios de los 80’s: Echo and the Bunnymen, The Teardrop Explodes son algunas que me vienen a la cabeza cuando escucho Flagelo. El cristal sobre la herida dice en un pasaje de la letra “ahora que todo parece desprenderse de mí”: y ahí sufre el primer acople de la noche, que volverá a padecer la gente de Altocamet. Para el próximo tema se suman dos músicos invitados, un percusionista (“Chino” Gómez, percusionista de Altocamet) y otro en sintetizador. Sucesivas despedidas es un tema realmente muy bueno, que podría haber sido parte del mejor rock nacional de los 80’s (si estaba compuesto en esa época y si no, también). Daguer se dirige al público y dice “a ver si se acuerdan: ‘yo la vi la sangre en la pared’”. De este tema voy a destacar el buen gusto del guitarrista Sichi, la letra que se puede prestar al juego ambiguo de un hecho personal con situaciones que remiten a una etapa oscura de nuestro país. Otro invitado más para el siguiente tema, Canu Valenzuela (Altocamet): el tema se llama Etérea presencia.
Daguer presenta a la banda: Nath la bajista que con un pulso constante marca la base rítmica (fundamental para este tipo de música); junto a Pablo López en la batería; el ya mencionado Sichi en guitarra que aporta sutilezas quizás no tan llamativas para los amantes de los solos de guitarra más cargados, pero fundamentales para este estilo de la banda; Eduardo Mastrángelo en sintetizadores, le pone toda las influencias de las que seguramente ha escuchado: se sienten interesantes bases que remiten a Kraftwerk, Virus (de su disco Locura, principalmente), Tarwater, entre otras y a la hora de mostrar su toque personal, queda registrado en el tema que dio cierre a su set La llave, en donde la introducción del sintetizador sirve como pilar para que el tema suene bien arriba todo el tiempo. Por último, estar agradecido de un cantante que le pone onda con sus constantes entradas y salidas del escenario y una arenga con el público que contagia (igual tomemos como parámetro sólo los aplausos porque las butacas del Colón no permiten una movilidad del público, como para que se presten al baile). Hay un parecido en la voz con ese gran cantante argentino que fue Federico Moura, a esta altura y después de lo que Virus dejó como legado, más que una carga es un honor para Daguer. Me pongo a pensar que esta banda en los 80’s era contemporánea de otras que representaron la new wave de nuestro rock (Virus, Soda Stéreo, Fricción, La sobrecarga). Valga entonces esta revalorización tardía para ellos, que de triunfar en Buenos Aires hubieran estado a la par de las antes mencionadas en la historia del rock local.
Otro corte más para el armado del escenario y es el turno de Altocamet, la banda de mayor trascendencia a nivel nacional que ha salido de nuestra ciudad (junto con Los súper ratones y Dios los cría). El cuarteto devenido quinteto (según un comentario del propio Canu Valenzuela, el percusionista Chino Gomez pasó a ser parte de la formación estable del grupo) comenzó con dos temas que hacen casi como enganchados. En uno se escucha al cantante decir “si supieras disfrutar” y en el otro “has descubierto un secreto mío”. Cuando digo ‘se escucha’, es una forma de decir porque los que más sufrieron el sonido fueron los cantantes. En la primera parte de Video no se entendían bien las letras, problema que se fue solucionando con el correr de los temas. En el caso de Altocamet fue más intermitente aún, y dependía de cómo sonaba el resto de la banda (me refiero al volumen). Este problema fue puntual de la voz, el resto de los instrumentos se escuchaban bien y uno podía diferenciarlos, cosa que se agradece para una escena local que muchas veces no puede estar a la altura del sonido que se merecen. Canu anuncia que presentan material del nuevo disco Dulce calor y que van a hacer el tema homónimo. Con imágenes que se proyectan de fondo, vemos algodón de azúcar en primer plano que remite a nubes, la banda realiza un tema que seguramente va a rotar por las radios, ya que es una canción pegadiza. En la mitad un interesante juego de tiempos entre Pedro Moscuzza (batería) y Chino Gómez (percusión) rompe el clima de canción pop para entrar en otro estado más climático.
Canu Valenzuela le dedica el show a Gustavo Cerati en el día de su cumpleaños, es el turno de los invitados y suben a escena Rubén Montoya (Luzparis) con su violín y Daguer (Video). Este tema trae al recuerdo algunos pasajes del disco de The Velvet Underground and Nico (1967), quizás por la cadencia del violín. Es uno de esos momentos en los que la voz de los cantantes no se escucha nítida y no puedo apreciar la letra. Pero el tema desde lo instrumental es interesante. Siguiente tema, Umbral: lo canta Mariana Monjeau, la tecladista. “Quiero estar en tu galaxia”, repite y le da un cambio de aire a la banda que es positivo y tendrían que experimentar más, ya que la voz aniñada de la tecladista ayuda a darle el toque naif que el tema tiene. Siguen Te espero, luego un breve corte y la banda vuelve por los bises. Primero con un tema con una base rítmica que remite a La sobrecarga, en donde un eco de la voz al final dice “asesino yo”. Cierran el show con un tema que pone a la banda en su expresión de mayor fuerza sonora, la batería y el bajo marcan un ritmo acelerado. Conclusión: Altocamet tiene una nueva variante con su percusionista y eso lo saca del universo Soda Stéreo/Cerati (aunque estos también usaran percusión en sus shows) para llevarlos a un terreno más personal. Insisto con darle mayor participación a Mariana Monjeau: le daría una apertura hacia otros caminos.
Las tres bandas dejan bien parada a la ciudad dentro de sus estilos. Luzparís y Video piden desde su puesta un espacio en shows masivos de Capital (Altocamet ya lo logró y demostró que está a la altura de las circunstancias), al igual que La Plata, Córdoba y Rosario. En materia de música, el mostrador de Cristo (Capital Federal) tiene que hacer colas exclusivas, con prioridad en los números, para estas ciudades. Esperemos que el Teatro Colón le siga abriendo las puertas a estos eventos, ya que la sala se presta para que haya buenos shows de músicos con sonidos más contemporáneos.
Gran apuesta de las tres bandas, opacado lamentablemente por el sonido. Luz Paris arranco sonando bien, dado que era la ultima banda en probar sonido, pero la cosa empeoro a niveles denigrantes para los artistas que estaban en el escenario. El petisito no puede hacer sonido ni un karaoke.
Video: banda de mi adolescencia, grandes canciones, muy bien todos. Daguer un grande! escena y mas para una banda icono de MDP. Felicitaciones por volver con todo. Cuando sale el disco? grabado con todos los chiches?
De Altocamet me eximo de dar comentarios, el sonido hacia imposible escuchar y disfrutar. me quedo con otros grandes shows de la banda en otros lados.
podrias pasarme tu numero de telefono ,asi la proxima vez operas vos el sonido de las tres bandas …..
no soy el petiso que opero ,solamente un tecnico