La película de Aaron Sorkin relata una semana en la producción de la sitcom Yo quiero a Lucy. Lejos del enciclopedismo, se centra en el acto creativo y en aquello que hacía sobresalientes a sus personajes.
Clint Eastwood, a los 88 años, vuelve a construir un relato fascinante que reflexiona sobre aquello en que los ciudadanos creen y el momento en que descubren la mentira.
La unión entre Stephen Frears, Meryl Streep y Hugh Grant da como resultado un film que reivindica el engaño y el artificio como elementos esenciales de la construcción narrativa.
Un episodio que demuestra la capacidad de la serie para generar nuevas sorpresas, con una secuencia de gran suspenso e indicadores que anticipan un giro explosivo para el final de temporada.