Una puesta que nos invita a revisitar el mundo shakesperiano desde las entrañas de la mujer, quien intenta controlar todo sin perder de vista sus objetivos.
La adaptación del texto de Griselda Gambaro evidencia un sólido trabajo en equipo tanto de las actrices como del director, con un virtuoso diseño de los conflictos.
La puesta de Mónica Viñao, marcada por el despojamiento, vuelve a dejar en evidencia la complejidad e inteligencia del texto original de Griselda Gambaro.