Guy Ritchie entrega un thriller seco y conciso, alejado de la estética videoclipera y los giros cancheros que caracterizaban a su cine, lo cual no deja de ser una agradable sorpresa.
Esta nueva adaptación del videojuego, a pesar de acumular personajes y subtramas, no tiene mucho más para ofrecer más allá del despliegue de violencia en las peleas.
Este policial con Jean-Claude Van Damme consigue armar un retrato urbano interesante, aunque falla en gran forma a la hora de construir y resolver los conflictos que plantea.
Paul W.S. Anderson vuelve a adaptar un videojuego, pero su notoria intención de darle comienzo a una franquicia le impide construir una historia realmente atractiva.
Un thriller de horror que tiene una primera mitad realmente sólida desde la narración y la puesta en escena, pero una segunda parte sumamente deficiente, que atenta contra el film a nivel general.
Este documental sobre el director de fotografía Pablo Tabernero, a pesar de sus desniveles discursivos y estéticos, no deja de ser un retrato atractivo sobre un personaje y una época irrepetibles.
Este policial aprovecha la sólida presencia de Joel Kinnaman y construye un relato consistente en su primera mitad, aunque va perdiendo potencia a medida que se acerca hacia el final.
En su nueva película, Aaron Sorkin se da la mano con el cine de Steven Spielberg y el de John Ford, en un relato histórico apasionante con personajes repletos de matices.
Esta reversión pretende apartarse del film animado original volcándose al drama, pero nunca consigue construir un relato consistente, perdiendo toda chance de acercarse a la aventura y la épica.