Sebastián Lelio mantendrá una atmósfera de represión y de misterio, pero que nunca alcanza la suficiente intensidad como para despejar de los parámetros de la corrección
Esta secuela despliega una multiplicidad de conflictos y personajes, pero su autorreferencialidad le termina jugando en contra, obturando las potencialidades del mundo en que se inscribe.
El debut en la dirección de Andy Serkis cumple con todos los prejuicios durante gran parte de metraje, pero en los tramos finales resurge y consigue hallazgos inesperados.