La película dirigida por Daniel Stamm está basada en eventos reales. Cuenta cómo la Iglesia Católica reabrió las escuelas de exorcismo para capacitar a los sacerdotes en este rito sagrado.
Si bien no la dirige, esta adaptación de la saga literaria tiene el sello de Peter Jackson. Un producto absolutamente fallido que se impone medianamente a partir de su diseño visual.
La secuela de Ataque a la casa blanca no estaba obligada a ser una obra maestra pero sí a mantener los estándares alcanzados en la primera, en lo que falla estrepitosamente.