Una madre sufrida que pierde a su hijo a manos de secuestradores decide tomar el conflicto por las astas y perseguir a los delincuentes como si no hubiese un mañana, ni miles de películas por el estilo.
Una nueva historia de racismo y desigualdad en el seno de la guerra civil norteamericana, pero en un contexto menos conocido y con héroes casi anónimos.
Este thriller judicial, aunque aceptable en su concepción, no muestra nada nuevo y es demasiado predecible en su estructura. Keanu Reeves y Renée Zellweger aportan poco.