La película que celebra el centenario de Disney está integrada por múltiples guiños y referencias a la historia de la compañía, aunque pocas veces alcanza la vida propia.
Esta adaptación del juego de mesa pergeñada por John Francis Daley y Jonathan Goldstein entiende bastante bien lo que pide el relato y construye una aventura que nunca se detiene.
Olivia Wilde, que venía de un gran debut en la dirección, entrega aquí un thriller que se vuelve obvio demasiado rápido y que representa un retroceso significativo en su carrera.