La cuarta y presumible última entrega de la saga intenta cerrar la historia con el origen escabroso de su psíquica principal, convirtiéndose en la más floja de la franquicia.
Rob Zombie aborda el tema de la brujería pero queda lejos de las expectativas, en un film que pronto pierde el rumbo y no termina de encontrar el tono adecuado.