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Punto de inflexión: la bomba y la Guerra Fría – Miniserie

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Si Punto de inflexión: el 11S y la guerra contra el terrorismo aprovechaba el vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre del 2001 para indagar en la temática, esta nueva entrega pareciera subirse a la ola de discusiones generada por el inmenso éxito de la sobrevalorada Oppenheimer. Pero lo hace para ir mucho más allá, en una narración de enorme ambición y despliegue documental, que abarca prácticamente un siglo de recorrido histórico a nivel global. Punto de inflexión: la bomba y la Guerra Fría parte de una hipótesis investigativa: que el enfrentamiento de potencias entre Estados Unidos y Rusia, con sus respectivos satélites cada uno, no terminó, sino que apenas se tomó una pausa durante un breve período, y que las acciones del presidente ruso Vladimir Putin, con sus ambiciones expansionistas (que incluyen la reciente invasión a Ucrania), han terminado con esa etapa de tensa calma. Para comprobar esa presunción, se va hasta los tiempos de la Segunda Guerra Mundial (haciendo hincapié en la creación de la bomba atómica y las explosiones en Hiroshima y Nagasaki) e incluso más allá, al surgimiento de la Unión Soviética y el ascenso al poder de Josef Stalin. Desde ahí, construye un repaso por iniciativas como el Proyecto Manhattan y la Perestroika; la creación de agencias de inteligencia emblemáticas como la CIA y la KGB; eventos fundacionales como la Crisis de los Misiles de Cuba, la explosión nuclear en Chernóbil y la Caída del Muro de Berlín; y el accionar de líderes como el mencionado Stalin, Dwight D. Eisenhower, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov. Y más, mucho más, en nueve episodios cargadísimos de información, con una avalancha de testimonios de toda índole: desde periodistas e investigadores como Garrett Graff y Susan Glasser, hasta políticos como Robert Gates y Tony Blair, que aportan datos en muchos casos cargados de sentido y sujetos a toda clase de interpretaciones. La inteligencia de la miniserie dirigida por Brian Knappenberg está dada por la fluidez conseguida para mantener un hilo narrativo coherente, incluso cuando va y viene en el tiempo, dándole a cada anécdota o revelación una razón de ser dentro de todo lo que se está contando. De ahí que podamos captar en todo su esplendor la tensión vivida durante esos trece días en los que parecía que Kennedy y Kruschev no iban a poder evitar una guerra nuclear, porque hasta tipos como Fidel Castro -que se comportó como un total irresponsable- querían que eso pasara. O asomarnos al absurdo de la carrera armamentista, con la construcción de miles de bombas nucleares, cada vez más poderosas, con el fin de disuadir y amenazar, pero nunca utilizar, aunque eso implicara poner al mundo al borde del apocalipsis si algo salía mal. E incluso emocionarnos y reírnos a la vez, con la insólita sucesión de acontecimientos que precedieron a la caída del Muro y la alegría incontenible de multitudes que de repente se asomaban a la libertad, rompiendo con décadas de encierro y opresión. Y hasta -posiblemente lo mejor- empatizar con los dilemas de personajes que siempre lucirán lejanos por las posiciones de enorme poder que ostentaron, pero que no dejaban de ser humanos puesto a tomar decisiones casi imposibles, que repercutían en millones de personas, mientras trataban de balancear convicciones, intereses, oportunidades, miserias y virtudes. Posiblemente, el tramo más potente esté entre los capítulos 4 y 7, que captan varias cumbres del choque de superpotencias, aunque los primeros tres también tienen grandes momentos. Quizás lo más flojo esté en los dos últimos episodios, dedicados casi enteramente a Putin: ahí, Knappenberg pareciera verse obligado a remarcar una visión que, a la vez que despliega un arsenal de críticas al líder ruso -todas válidas, por cierto-, le lava un poco la cara a la OTAN. Pero eso no quita que durante casi todo el relato hay una mirada equilibrada y enriquecedora, que no ahorra críticas tanto a la experiencia soviética como a las acciones o inacciones de Estados Unidos y otras potencias occidentales. Las conclusiones a las que arriba Punto de inflexión: la bomba y la Guerra Fría son tan apasionantes como inquietantes, y superan con creces todo lo planteado por el film de Christopher Nolan.

-Los nueve episodios de Punto de inflexión: la bomba y la Guerra Fría están disponibles en Netflix.


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