Título original: Rebel Moon: Part One – A Child of Fire
Origen: EE.UU. / Hungría / Suecia / Dinamarca / Reino Unido
Dirección: Zack Snyder
Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad, Shay Hatten
Intérpretes: Sofia Boutella, Djimon Hounsou, Ed Skrein, Michiel Huisman, Bae Doona, Ray Fisher, Charlie Hunnam, Anthony Hopkins, Staz Nair, Fra Fee, Cleopatra Coleman, Stuart Martin, Ingvar Sigurdsson, Alfonso Herrera, Cary Elwes, Rhian Rees, E. Duffy, Jena Malone, Corey Stoll
Fotografía: Zack Snyder
Montaje: Tom Holkenborg
Música: Dody Dorn
Duración: 133 minutos
Año: 2023
Plataforma: Netflix
5 puntos
NO TE LA CREAS TANTO, SNYDER
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Hay que reconocerle a Zack Snyder que en cada plano de sus películas se nota la fe en sí mismo, la autoconsciencia de que efectivamente nos está contando algo totalmente renovador y extraordinario, cuando en verdad está lejos de ser original y suele ser, a lo sumo, discreto. Seguramente ese ego está sostenido, en buena medida, por un público propio reducido, pero fiel, que todavía lamenta la pérdida y ansía la vuelta de esa supuesta maravilla incomprendida que fue el SnyderVerse de DC. A todos estos últimos, tengo algo que decirles (que seguro no leerán): suelten, porque ese barco ya zarpó hace rato, y miren algo más de cine, así entienden por qué el “momento Martha” de Batman vs Superman: el origen de la justicia (que era toda de Snyder) es algo insostenible e indefendible. Al realizador, también tengo algo para decirle (que seguro no leerá): por favor, entienda que, en el mejor de los casos, no es más que un artesano competente, porque así le va a ir mejor.
Pero bueno, Snyder ha encontrado un nuevo hogar en Netflix, que ahora lanza con mucha pompa la primera parte de Rebel Moon, titulada La niña del fuego. Se supone que este proyecto deriva de una idea que el director le presentó a Disney para que sea una película de Star Wars (y que finalmente no se concretó), y se nota. No solo por el telón de fondo espacial, sino también por las conexiones con el cine de Akira Kurosawa y el western, con clásicos como Los siete samuráis, Los siete magníficos y La pandilla salvaje como principales referentes. La premisa ya fue transitada con otras ambientaciones: hay una pequeña y pacífica colonia rural en una luna recóndita, que es ligeramente próspera, hasta que arriba un contingente militar que responde al Mundo Madre, el tiránico ente dominante de la galaxia. Esa fuerza coloca todo su poder opresor sobre la comunidad de campesinos, explotándolos y amenazando su supervivencia. Es por eso que una habitante del lugar, Kora (Sofia Boutella), que carga con un tortuoso pasado, decide reclutar a un variopinto grupo de guerreros para que enfrente y expulse a las fuerzas invasoras. Aunque claro, esa tarea resultará ardua y peligrosa.
Ese punto de partida es básicamente todo lo que se cuenta en Rebel Moon – Parte 1: la niña del fuego: Snyder necesita más de dos horas para delinear el mundo donde transcurre el film, establecer el conflicto y presentar a los personajes. Se podrá decir que algo parecido sucedía en El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo, aunque Peter Jackson -no precisamente un amigo de la síntesis narrativa- conseguía adaptar un universo complejo y hacerlo tangible, además de desplegar varias subtramas y una diversidad de personajes de considerable potencia, en un relato que fluía sin problemas a cada minuto y que entregaba algunas secuencias de acción notables. En cambio, a Snyder le cuesta una enormidad crear personajes que puedan expresarse por medio de la acción y no solo las palabras; y la narración se siente en unos cuantos pasajes estirada y pesada, como si solo fuera una búsqueda de imágenes impactantes. Encima el realizador falla al momento de llevar a la concreción un universo visualmente atractivo y mínimamente original, con un abuso de la cámara lenta realmente cansador.
Se supone que en la segunda parte de Rebel Moon, titulada La guerrera que deja marcas (a estrenarse en Netflix el 19 de abril del 2024), es donde viene lo mejor, que es el enfrentamiento previsto y anunciado. Mientras tanto, tenemos un prólogo cargado de solemnidad, sin humor y con poco sentido de la aventura, que se cree mucho más de lo que es. Como Snyder y su público.
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