Por Patricio Beltrami
NdR: Este artículo contiene spoilers.
Tras un auspicioso arranque, la segunda temporada de Loki comienza a repetir los problemas de la primera temporada. Si bien el tercer episodio mantuvo algunas virtudes desde la puesta en escena y demostró nuevas apuestas desde la narrativa, finalmente cayó en la discursividad extrema para sobreexplicar el funcionamiento del multiverso y los conflictos de la temporada. Así, la serie se volvió a paralizar por la abundancia de diálogos presuntamente trascendentes para la trama y la consecuente falta de movimiento. Escrito por Eric Martin y dirigido por Kasra Farahani, 1893 inicia en 1868, donde Miss Minutes (Tara Strong) y Ravonna Renslayer (Gugu Mbatha-Raw) activan el plan de contingencia de Aquel Que Permanece: dejan un manual de la TVA en una precaria casa en Chicago. En 1893, descubren que el niño que halló el libro es el inventor Victor Timely (Jonathan Majors), una variante de Kang en esa nueva línea temporal. Mientras Renslayer y Miss Minutes intentan contactarlo, Loki (Tom Hiddleston) y Mobius (Owen Wilson) llegan a la Feria Mundial siguiendo el rastro de las fugitivas. Allí observan la exhibición de Timely: un telar temporal a escala que podría evitar el colapso de la TVA. No es raro que este bajón coincida con el regreso de Majors, quien interpreta a un científico con problemas en el habla y dificultades para relacionarse con otros. Extremadamente histriónico, la composición del personaje no resulta atractiva desde el drama, la acción o la comedia, por lo que sólo configura una suerte de parodia fallida (¿o engaño burdo?) del gran villano de la Saga del Multiverso. Igualmente, las secuencias más logradas de 1893 tuvieron como protagonista a Timely, ya que esa feria de finales de Siglo XIX se convirtió en un espacio aprovechado desde la comedia física con persecuciones, engaños, golpes y caídas que ocasionalmente despertaron alguna sonrisa. Sin embargo, este clima festivo homenaje al slapstick y al cartoon clásico acaba rápido ante las necesidades de profundizar la trascendente misión de ambas partes. Por ello, Sylvie (Sophia Di Martino) irrumpe en escena para matar a Timely mientras Loki busca evitarlo. En medio de la multitud horrorizada por la fantasmal aparición de una Miss Minutes gigante (cambia sus formas para adaptarse a la estética de época), Renslayer y Miss Minutes escapan con Timely y explican su importancia para el multiverso. En barco hacia Wisconsin, la variante se vuelve el objeto de disputa entre sus leales y enamoradas compañeras. Por ello, Timely y Miss Minutes abandonan a Ravonna en medio del lago y llegan a su guarida secreta. Entre otros inventos, Victor exhibe un prototipo de la máquina que Kang El Consquistador usaba en Ant-Man and The Wasp: Quantumania para viajar y exterminar universos enteros. Ante ello, Miss Minutes cuestiona a Timely para que le cumpla su deseo: tener un cuerpo para explotar todas las posibilidades que cuenta como inteligencia artificial con eones de conocimientos. Asustado por las ambiciones del reloj animado, Timely la encierra en su tempad justo cuando una furiosa Renslayer entra en escena, amenazándolo para que siga sus órdenes. Mientras Loki y Mobius le suplican a Ravonna que entregue a Timely, finalmente Sylvie entra en escena para asesinarlo. No obstante, acepta el pedido de Loki, quien junto a Mobius lo traslada a la TVA. A solas con Renslayer, Sylvie le perdona la vida y la envía a la Ciudadela al Final del Tiempo, donde halla los deteriorados restos de Aquel Que Permanece. Antes de finalizar el capítulo, Miss Minutes le confiesa a Ravonna que conoce un secreto que podría hacerla enojar. 1893 deja una sensación decepcionante. Nuevamente, la comedia queda relegada ante la decisión de explicar (otra vez) toda la historia en pos de introducir a un nuevo personaje. Pese a que la puesta en escena (movimientos de cámara, aprovechamiento de los ambientes) sigue la línea de la búsqueda de esta temporada, la acción también está desplazada por los largos diálogos. Ojalá que 1893 sólo haya sido un regreso al pasado y que las necesidades narrativas estén cumplidas para, en adelante, profundizar en la mejorada impronta de la segunda temporada.
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