Por Mex Faliero
Agarren sus pañuelos se llamaba, en castellano, el episodio de esta semana de Only murders in the building, lo cual nos preparaba para la emoción. Aunque en verdad lo de los pañuelos tenía que ver con el regalo que le hizo Ben Glenroy (Paul Rudd) a todo el equipo y que parece ser clave en la resolución de su asesinato. Pero, vaya si llegó la emoción en una última escena memorable, para la cual el capítulo nos va preparando desde un comienzo. Dirigido por el discreto Adam Shankman (sorpresas te da la vida) Grab your hankies se centró en la preparación de la obra de teatro de Oliver (Martin Short), quien ahora está convencido de convertirla en un musical contra las ganas de todo el elenco. En el comienzo, la voz en off de Mabel (Selena Gómez) nos habla de las cosas brillantes que surgen cuando menos se lo espera y de cómo hay que estar preparado siempre para la sorpresa. Ese momento, dice, es elegíaco. Y eso es básicamente el episodio, que va tejiendo una red de rechazo contra Oliver hasta que al final surge un giro notable. Y en eso tiene que ver tanto Loretta, el personaje, como Meryl Streep, la actriz que la interpreta. Oliver monta una escena frente sus productores Donna y Clifford (Linda Emond y Wesley Taylor construyendo un vínculo madre/hijo de lo más peculiar) en la que Loretta interpreta una canción de cuna, que es uno de esos momentos con los que toda serie sueña: Una escena definitoria, de esas que hacen crecer a cualquier producción y la colocan en otro lugar. Eso mismo pasa ante los ojos de los personajes, que ahora convencidos creen en el proyecto, como en nosotros los espectadores que quedamos subyugados. La canción Look for the light, compuesta por Justin Paul y Benj Pasek (ganadores del Oscar por La la land), es increíble, y la interpretación de Streep es memorable. Podríamos decir que Only murders in the building parece haber perdido un poco la centralidad de la comedia y que el misterio parece difuso, pero con la potencia de semejante final el episodio de esta semana nos ganó por goleada y nos dejó esperando más. En el camino nos convirtió a Kimber (Ashley Park) como potencial sospechosa, aunque nos generan dudas Dickie (Jeremy Shamos) y por qué no Tobert (Jesse Williams), que anda tras un video con las últimas horas del pobre Ben. Que en el fondo Only murders in the building es un juego y, por suerte, la serie nunca se olvida de hacerlo.
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