Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Malena Villarino
Guión: Malena Villarino
Participa: Sonia Sánchez
Fotografía: Juan Barney
Montaje: Malena Villarino
Música: Malena Villarino
Duración: 73 minutos
Año: 2023
6 puntos
LAS PALABRAS JUSTAS
Por Mex Faliero
Sonia Sánchez es una mujer chaqueña que llegó a Capital Federal cuando era adolescente y con los sueños lógicos de esa edad, que miran hacia el futuro con intenciones de progreso. No sólo eso no sucedió, sino que terminó rehén de una red de trata, que la llevó hasta la provincia de Santa Cruz y la dejó presa del círculo de la prostitución. Nuestra venganza es ser felices, el documental de Malena Villarino, toma esa historia de vida, pero fundamentalmente la voz de Sonia, que es la base del relato, su vibración interior.
Nuestra venganza es ser felices es una película en presente, porque afortunadamente Sonia sobrevivió y aquí está, para contarlo. Pero además en presente, porque los temas que la atraviesan son aquellos relacionados con buena parte de la militancia feminista actual, con aquello que se discute ahora mismo. Y Sonia discute, incluso, contra otras feministas, porque ella se considera huérfana de referentes, una anarquista con una convicción de hierro. Luego de aquellos tiempos oscuros, en los que sufrió todo tipo de vejaciones, Sonia -gracias a una inclinación intelectual, heredada de su madre- pudo convertir ese sufrimiento en palabras, en actitud, en una seguridad para argumentar que muchos envidiarían. Y publicó libros y dio conferencias. Con ese nivel de honestidad intelectual que tiene la gente que está de vuelta y no tiene nada que deber a nadie. Que no pone otras palabras para decir lo que hay que decir. Cero eufemismos.
Lo que hace Villarino es dejar que Sonia se exprese, su voz y su imagen son lo que vemos durante algo más de 70 minutos, con inserts de escenas de películas y publicidades que refuerzan la idea de un sistema que objetualiza a la mujer desde múltiples aspectos. Por momentos da lugar al busto parlante, pero en otros avanza en imágenes poéticas que intentan ilustrar lo que la protagonista cuenta, que es arduo y difícil. Entonces no es tarea sencilla querer aminorar la carga terrible de la experiencia de Sonia sin caer en banalidades surrealistas. Pero Villarino lo logra. En última instancia lo que exhibe Nuestra venganza es ser felices es la construcción de una mujer en una mujer escritora y militante, un pasaje que requirió de un descenso a lo peor de la condición humana. Pero la gente como Sonia termina encontrando aquella virtud que es la que hoy le permite, de alguna forma -y sin obviar el dolor que sigue habiendo allí afuera- ser feliz.
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