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Entre pasajes techno, el funk y el misticismo

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Una de las figuras emergentes desde comienzos del Siglo XXI que de forma camaleónica se renueva con cada entrega que musicaliza es el japonés Shoji Meguro. Asociado indefectiblemente a la saga JRPG Persona y Shin Megami Tensei de Atlus, su versatilidad para generar climas oscuros utilizando la electrónica como herramienta y sus coqueteos con la música clásica no lo encasillan: Meguro frecuenta también el J-Pop más pegajoso, el hip hop y su habilidad para generar leitmotivs e insertarlos modificados a lo largo del juego demuestra sus búsquedas conceptuales. Sin duda se trata de uno de los nombres más resonantes, en particular después de su trabajo en el encumbrado Persona 5 (2016, Atlus) y aquí recorreremos un poco su trabajo.

Meguro nació en 1971 en la capital japonesa de Tokio e inicialmente su interés estuvo focalizado en la tecnología debido a que su familia era dueña de una fábrica. Su madre influyó en su interés por la música primero a través del órgano electrónico y luego el trombón. Si bien careció de una formación académica, su habilidad como compositor se despertó a temprana edad, tomando influencias de distintas bandas y estilos musicales: desde compositores de música clásica como Tchaikovsky o Beethoven, hasta bandas de jazz fusion como T-Square, Casiopea y el talentoso trompetista Herb Alpert. Es su interés en la tecnología lo que va a conectarlo con el mundo de los videojuegos, primero como jugador y luego como programador, dando sus primeros pasos al esquematizar proyectos. Tras conseguir una vocalista femenina dio sus primeros pasos en  la música con bandas que iban del pop al funk, mientras terminaba sus estudios como ingeniero mecánico. A este estudio se le sumo el interés en la hidrodinámica y, a pesar de sus intereses musicales, va a tratar de perseguir una carrera como diseñador automovilístico. Sin embargo, la recesión del mercado japonés en la década del ‘90 bloqueará esta posibilidad.

Es recién a mediados de los noventas que se le despertará su interés por formar parte de la industria del videojuego como una alternativa laboral. Frustrado por las posibilidades como compositor en sistemas como la Súper Nintendo de 16-bits, va a encontrar en los nuevos sistemas de tecnología CD una posibilidad para canalizar su talento. Sin embargo, no lo tuvo fácil. Dada su poca experiencia en el campo de los videojuegos o su interés en las consolas la mayoría de los estudios lo rechazaban en las entrevistas. Tras enviar un demo a Atlus, logró captar su atención a pesar de desconocer el universo Megaten en el que se envuelve su franquicia. Inmediatamente comenzó a trabajar en una nueva saga que con el paso del tiempo iba a dar que hablar Revelations: Persona (1996, Atlus). Su aporte significativo puede verse en la icónica composición Aria of the soul, que aún continúa siendo parte de la saga con apenas algunas modificaciones. A pesar de sentirse limitado como creador aportó a la duología de Persona 2 algunos efectos sonoros mientras componía la música de otras sagas como Devil Summoner: Soul Hackers (1997, Atlus). Allí va a dar a la saga cyberpunk un híbrido entre el jazz y el techno que marcará su carrera posteriormente.

Sus bandas sonoras más características van a llegar de la mano de la Playstation 2, primero a través de su excelente trabajo en Shin Megami Tensei III: Nocturne (2003, Atlus), con un control creativo que le permitió jugar con un amplio abanico de géneros como el flamenco, la música clásica, el industrial y el heavy metal. Con la saga Digital Devil Saga va a contar finalmente con la posibilidad de expresarse sin el miedo a tocar una saga ya asentada y, por lo tanto, tendría un control total que rindió sus frutos. Pero es imposible hablar de Meguro sin hablar de Persona y en el 2006 con la tercera entrega alcanzará la fama con una banda sonora donde participan artistas como Lotus Juice o Yumi Kawamura, dando prioridad al J-Pop, el hip hop y la electrónica para dar una banda sonora con una sensibilidad asociada a la muerte, el gran tema que sobrevuela sobre esta entrega. La oscuridad de esta saga encontrará su contraparte en Persona 4 (2008, Atlus), también de Playstation 2, con una banda sonora mucho más luminosa a pesar de sus momentos de melodrama. El Persona 5 (2016, Atlus) tomará muchos más elementos del funk y el pop, contando con la voz de Lyn Inaizumi en temas que son joyas de la banda sonora como Rivers in the desert, Beneath the mask o Life will change.

En la actualidad, si bien Meguro continúa asociado a Atlus, en el 2022 tomó la decisión de abandonar la compañía para desarrollar sus propios juegos, siendo Guns Undarkness el primer título de este emprendimiento independiente.


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