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Recapitulación de The Mandalorian: The spies

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Ya aproximándose al cierre de su tercera temporada, The Mandalorian empieza a unir las piezas que antes parecían un tanto dispersas, con un despliegue narrativo casi coral, que por momentos amenaza con relegar a Din Djarin a un rol secundario. Pero, a la vez, deja abiertos unos cuantos interrogantes, empezando por el mismo título del episodio. Es que The spies, dirigido por Rick Famuyiwa, podría hacer referencia a Elia Kane, a quien vemos en la primera secuencia, informando a escondidas a Moff Gideon sobre la intención de los mandalorianos de recuperar su planeta, pero no solo a ella. Hay alguien más ejerciendo el espionaje, y todavía no sabemos quién, aunque se puede intuir. El relato, luego de la reunión del Consejo en la Sombra, donde Gideon convence a otros oficiales imperiales de que le envíen refuerzos, pasa a centrarse en una misión de reconocimiento de Mandalore. La encabeza Bo-Katan, aunque también la integran Din Djarin y Grogu (este último siendo transportado por un drone que le regaló Greef Karga); además de la Armera, Axe Woves y Paz Vizsla, entre otros. La misión está cargada de tensiones, no solo por las dificultades que pueden presentarse en el planeta, sino también por las tensiones entre clanes que han estado enfrentados durante muchísimo tiempo y que ahora deberán trabajar juntos. Al llegar a Mandalore, hay un encuentro con otro grupo que le es fiel a Bo-Katan y el viaje que se emprende sirve como excusa para un repaso sobre el pasado la líder de los mandalorianos, las decisiones desagradables que tuvo que tomar cuando el Imperio exterminó a casi todos los integrantes de su raza y los costos que pagó. También para que Grogu -con una breve, pero perfecta intervención- demuestre que algunas tradiciones de enfrentamiento de los mandalorianos no tienen mucho sentido; y que Din Djarin ha encontrado un nuevo propósito al ponerse al servicio de Bo-Katan. Pero el tono trágico se hace palpable a medida que pasan los minutos, y no solo por la súbita aparición de un monstruo que destruye la nave y deja un tendal de heridos. También porque la llegada de los protagonistas a la Gran Forja no puede ser precisamente tranquila: allí son emboscados por unos soldados de asalto y finalmente llevados a una trampa. En este pasaje, el relato apela a una inteligente utilización de las puertas como un instrumento narrativo: el grupo queda dividido y Din Djarin es capturado por Gideon, quien lleva un traje mejorado y dispuesto a completar la Gran Purga de Mandalore. Bo-Katan usa su sable oscuro para crear una salida y escapar con su gente, pero hay uno que se queda atrás para contener a los enemigos y ganar tiempo. Se trata de Vizsla, que consigue derrotar a los soldados de asalto que lo atacan, pero finalmente es asesinado por la Guardia Pretoriana de Gideon, en un cierre ciertamente desolador -aunque coherente- para un personaje simpático desde su rudeza y sacrificio. Con Din Djarin en manos de las fuerzas imperiales, Bo-Katan en clara desventaja y la certeza de que alguien de adentro delató la ubicación del grupo, The spies empieza a tender puentes claros entre las trilogías cinematográficas de Star Wars. Queda un episodio más, que promete tener unas cuantas sorpresas. Esperemos que no todas sean tristes.


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