Por Virginia Ceratto
(especial para @funcinemamdq)
La biopic sobre Fito Páez, imprescindible. Nos retrata a los de 60 y del 60 y pico… al menos a los del lado de Pati Smith (para ubicarnos) y nos explica ante los jóvenes que no quieren saber ya de tanto dolor acumulado… Y los engancha. Y esos flashback al tiempo negro de la Dictadura y a la oscuridad del consumo, propio, ajeno, son perfectos. Excelente recreación con temas de Páez y de los mejores de la canoa. Tal vez sí, alguna omisión en esto de lo musical y una pobre caracterización de Fernando Noy, un imprescindible en ese ambiente, muy querido por Fito, reducido aquí a un pibe con turbante, pero bueh… La serie recuerda que en tiempos de la cassette se podía llegar, sí, pero con mucha lidia, entonces no había influencer que valiera un comino. Y eso también da una pista para los de 15, los de 20… Y, lo más importante, si Fito ya aclaró que vino a ofrecer su corazón, aquí autorizó a dar su carne. Casi un Cristo. Hay canciones en otro idioma que conmueven, y si sabemos la letra más y si refieren a una historia, más. Ahora, los grandes temas de Paéz tienen develada una historia que ya será imborrable y él dejó sus jirones en cada una. Y entonces, si algo queda clarísimo es por qué Fito Páez es una leyenda, y una leyenda que sigue. Y que sí o sí, esperamos una serie sobre la vida de Fabi Cantilo, la súper merece, nos la merecemos. Con El amor después del amor se cumplió algo que Fito prometió hace mucho tiempo: Nos dio una flor antes que un decadrón, no en vano vivimos para contarlo. Y para ver esta maravilla. Nos hacía falta esta flor. Gracias.
NdR: Los ocho episodios de El amor después del amor están disponibles en Netflix.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: