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24 líneas por segundo: Jack Black, la voz

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Se van a cumplir veinte años de la primera vez que no pude ir a ver una película al cine porque la estrenaron solo doblada al castellano. Fue allá por junio de 2003, con el estreno de Hulk, de Ang Lee. Al año siguiente me pasó lo mismo, con Spider-Man 2, la de Sam Raimi. Por entonces significaba una rareza, pero era el comienzo de aquello que hoy es una realidad. Por aquellos años las cosas eran más o menos así: solo las películas animadas se estrenaban en castellano, mientras que todo lo que era acción real o apostara al público adolescente y adulto llegaba mayormente subtitulado. Por ejemplo una película como Dos tipos peligrosos (por citar uno de los casos más absurdos que recuerdo) ni de milagro se estrenaba con copias dobladas al castellano; se entendía que su público era adulto y estaba entrenado en el arte de leer un subtitulado. Sin embargo, en este contexto horrendo que vivimos de voces que no se relacionan con el movimiento de los labios de los actores, pasa algo particular (y que antes no sucedía, de paso): hay películas animadas que llegan con subtítulos, como es el caso de Super Mario Bros: La película, estreno de esta semana. En parte, estimo, sucede porque el público potencial de una película animada hoy incluye a los adultos, pero también porque se promocionan tanto los elencos de voces que se convierten en un elemento más de venta de entradas. Y Super Mario Bros: La película tiene un seleccionado: Chris Pratt, Anya Taylor-Joy, Charlie Day, Jack Black, Keegan-Michael Key, Seth Rogen, Fred Armisen, Sebastian Maniscalco… Y vale bien la opción de ir a verla subtitulada para entender por qué una película debe verse en su lengua original. Ese detalle lo logra Jack Black, quien interpreta la voz de Bowser, el villano. Es conocida la capacidad del comediante para distorsionar su voz y llevarla a registros impensados, pero lo que hace en Super Mario Bros. es sencillamente brillante porque la película utiliza ese recurso natural como un elemento cómico más. Bowser quiere conquistar a sus enemigos, pero antes que nada quiere que la princesa lo ame y casarse con ella. Si eso no pasa, ahí sí, rompemos todo. Desde ese detalle, Black construye un villano distintivo, una personalidad que se balancea entre lo monstruosos y lo naif. Y destaca en un apartado muy propio, que es el musical, cuando canta Peaches, una balada romántica a lo Elton John que Bowser toca al piano, en la idea más absurda y divertida de la película. La voz de Black entonces se vuelve un elemento único, algo físico con la contundencia de un gag; ver la película doblada al castellano, por lo tanto, equivale a perderse algo clave, como si le arrancaran una escena indispensable y no entendiéramos bien de qué se trata. Es ver otra película, una peor seguramente. Más allá de la perogrullada de señalar que el subtitulado siempre es mejor que lo doblado, no viene mal el trabajo de Jack Black para recordar la importancia de ver cine en su lengua original.


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